En el trabado duelo entre Pumas y Morelia hacía falta una genialidad y Javier Cortés la realizó, a la altura de la exigencia. El canterano de 21 años acababa de salvar el marco auriazul, pero avanzó con insospechada determinación por el carril derecho, sembró con quiebres y túneles a cuanto rival se le puso enfrente y encaró al portero Federico Vilar; le puso el balón muy lejos, hasta el segundo poste, con certero tiro para el 2-1 que valió para la conquista del séptimo título del conjunto de la UNAM.

La euforia explotó al minuto 77, con la anotación de Cortés. El cántico Oeeee, oeeee, oeee, oeee, Pumas, Pumas, ya no cesó. Morelia se tiró al frente y generó algunos sustos, pero la zaga local controló con fiereza el peligro para defender su ventaja.

Con pocos minutos en el reloj en las tribunas comenzaron a agitarse pañuelos blancos, a ondear banderas azul y oro y la gente exigía el pitazo final.

Todavía hubo tiempo para que Rafael Márquez rematara de media vuelta, pero en cuanto el silbante Marco Antonio Rodríguez hizo sonar el silbato los jugadores corrieron a abrazar a Cortés, a quien resultó fácil seguir por sus botines naranja fosforecentes y su gran dinámica, quien terminó convirtiéndose en el jugador del título.

Desde el comienzo del partido el plantel universitario buscó resquebrajar la defensa visitante con envíos hacia el costado derecho, donde Cortés intentó varios centros que no prosperaron, mientras Martín Bravo simplemente no encontraba argumentos para rebasar a sus contrincantes y terminó ahogándose o fue desarmado en cada arremetida.

Al minuto 13 el silbante Chiquimarco Rodríguez marcó una pena máxima y amonestó al portero Federico Vilar por faulear al paraguayo Dante López. Juan Francisco Palencia hizo el cobro con tiro impecable, a media altura, que abrió el marcador al 14.

Monarcas reaccionó con pundonor, buscó emparejar los cartones por conducto de un insistente Miguel Sabah, quien al minuto 16 fue amonestado por reclamar una dudosa falta tras ser desbalanceado por Darío Verón, aunque al 24 de acción el portero Alejandro Palacios lo derribó. Esta vez el árbitro sí apreció falta y marcó la pena máxima.

Francisco Palencia marcó dos goles en la serieFoto Víctor Camacho

El Hecho en CU, Jaime Lozano, decretó el empate 1-1 con tiro suave y colocado que no pudo atajar Palacios. Luego Pumas vivió momentos de desconcierto, equivocó en los pases y el conjunto michoacano tuvo momentos de dominio que no logró reflejar en el marcador.

El movimiento clave del técnico local Guillermo Vázquez fue sacar al intrascendente Bravo y su lugar lo ocupó Emilio Orrantia, quien corrió libre por el costado derecho y preocupó a los rivales que debieron contener sus ataques.

Luego, Luis Fuentes dejó su lugar a un Leandro Augusto todavía sin mucho ritmo de juego, por lo que no logró despuntar y pronto se ganó un cartón amarillo.

Al minuto 60, con la cabeza Cortés rechazó cerca de la línea de meta un pelotazo enviado por Enrique Pérez y evitó la anotación del Morelia: en ese instante Memo Vázquez salió nervioso del banquillo para dar gritos y órdenes. Luego decidió sacar a Palencia, consentido de la afición, quien se fue entre aplausos, e ingresó a Juan Carlos Cacho.

Monarcas insistió y Sabah de nuevo fabricó una excelente ocasión, pero justo al disparar se cruzó el zaguero Marco Palacios, quien logró desviar el balón que iba con potencia. También Elías Hernández, Rafael Márquez Lugo y Joao Rojas dieron muestras de peligrosidad, pero fallaron en la definición.

Nadie lograba inclinar la balanza en su favor. Fue cuando pisó fuerte el pie juvenil auriazul. Orrantia cedió para Cortés, quien se fue dominador por el carril derecho: eludió con recorte a Jaime Lozano e hizo túneles a Aldo Leao y a Luis Noriega; Vilar se le plantó enfrente, pero con gran decisión, antes de quedarse sin ángulo de tiro, definió como los grandes, con envío a segundo poste, ante lo que definió como el gol de mi vida.