jornada


letraese

Número 177
Jueves 7 de Abril
de 2011




Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate

opinion


Alejandro Brito

Arturo Díaz Betancourt,
1956- 2011

Al final te saliste con la tuya, fue como tú quisiste, rodeado de amigos y amigas, celebrando la vida en un ambiente totalmente inusual no exento de bromas y risas. No más quimios ni análisis clínicos ni camas de hospital, no quiero que me conecten, dijiste y consecuente y obstinado como eras, firmaste tu voluntad anticipada y luego de discutir con los médicos abandonaste el hospital. El tumor devino en metástasis y tú apostaste por la muerte digna. “Hay que entrar a la muerte con los ojos abiertos”, recomendaba la escritora francesa Marguerite Yourcenar, te lo dije y adoptaste enseguida la frase.
Ese último acto lo asumiste como el ejercicio de un derecho, uno más en la lista de derechos que defendiste en tu larga trayectoria de activista. Y ese último acto te define por completo. Al menos la parte del luchador social defensor de derechos humanos que compartí, porque recorriste otras facetas desconocidas para mí, más místicas y espirituales, como fraile carmelita que fuiste en tus mocedades. Cuesta trabajo imaginarte en acción contemplativa observando el voto de silencio de esa orden religiosa, tú, a quien recuerdo siempre alzando la voz y yéndose de boca en no pocas ocasiones frente a funcionarios obtusos y sordos al reclamo social.
A pesar de tu anticlericalismo, nunca abandonaste la fe. Eso lo confirmé el día de mi guardia en el hospital cuando un rosario asomó su cruz debajo de tu almohada. Y con fe te entregabas a las causas, “eres un misionero” te bromeaba y lo peor es que exigías de los demás la misma imposible entrega. Juntos emprendimos hace dieciséis años la creación de este suplemento y fundamos Letra S como asociación civil, pero tú llevabas ya carrera larga, no era la primera vez que te asociabas para ayudar al prójimo: Logos, Cálamo, Mexicanos Contra el Sida; ni sería la última: Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia, Salud y Justicia, Mexsida. Contigo se cierra toda una etapa de la lucha contra el sida, la más combativa y crítica, la de la movilización y las batallas políticas y culturales.

Activista lúcido y aguerrido
Hoy son otras las condiciones del activismo gracias a los logros acumulados, a lo conseguido hasta ahora por todo el trabajo de incidencia política liderado en gran parte por ti: los recursos para la prevención del VIH finalmente están fluyendo, insuficientes aún pero irreversibles; las políticas de prevención están focalizadas en las poblaciones más afectadas y marginadas; los tratamientos antirretrovirales se dan a toda persona diagnosticada con sida, asegurada o no; a la homofobia ya se le identifica como un problema en algunos programas de salud, faltan los de educación; los crímenes de odio –por homofobia entre otros motivos–, ya figuran en la ley penal del DF. La lista de temas que empujaste es larga, me quedo corto. Y aún más numerosa es la lista de personas y asociaciones en todo el país a las que echaste la mano. Te prendías de inmediato con una llamada de ayuda o de denuncia y enseguida actuabas, amenazabas, presionabas con la enjundia que te caracterizaba al funcionario o institución motivo de la queja.
Falta mencionar a las instituciones que ayudaste a construir y en las que te involucraste de lleno como el Conapred y la Clínica Especializada Condesa del gobierno del DF, de la que te sentías muy orgulloso por los servicios, programas y proyectos de atención e investigación abiertos a las poblaciones vulnerables. En esa Clínica de VIH/sida, la más grande del país, coordinabas un módulo autónomo de atención en derechos humanos, proyecto innovador al que dedicaste tus últimos esfuerzos.
A juzgar por la variopinta y nutrida concurrencia que acudió a tu funeral el pasado 4 de marzo, uno puede darse una idea de tus aportes, de tu legado y del reconocimiento alcanzado como uno de los activistas más lúcidos y aguerridos de la lucha contra el sida, y uno puede también aquilatar cuánto echaremos en falta tu determinación, tu capacidad de indignación y tu sentido de urgencia.


S U B I R