Se cumplen 43 años del asesinato del defensor de los derechos laborales, la igualdad y la paz
llamado contra la avaricia empresarial
Miles reivindican hoy el mismo sueño de justicia social al grito de todos somos Wisconsin
Martes 5 de abril de 2011, p. 25
Nueva York, 4 de abril. Hace 43 años en esta fecha fue callada una de las voces más poderosas en favor de la justicia social, la igualdad y la paz, pero hoy un coro multitudinario se expresó aquí y en más de mil actos por todo el país en defensa de la dignidad, los derechos laborales y ese mismo sueño de justicia social y económica.
Los actos de hoy (algunos se realizarán en el transcurso de la semana) –marchas, concentraciones, vigilias, foros educativos– son parte de un esfuerzo nacional de sindicatos, organizaciones de derechos civiles, agrupaciones de promoción de la justicia económica, estudiantes, religiosos, organizaciones de inmigrantes y otras de índole progresista para ampliar la respuesta ante la ofensiva contra los trabajadores y sus gremios, sobre todo los del sector público, que comenzó en Wisconsin y se ha extendido a varios estados. Todos somos Wisconsin
, fue una de las consignas.
Líderes sindicales y sociales, artistas e intelectuales progresistas de perfil nacional –como Richard Trumka, dirigente de la central obrera AFL-CIO, los intelectuales Cornel West y Frances Fox Piven, el músico Tom Morello y el cineasta Michael Moore– se sumaron a lo que definieron como un llamado para intensificar el movimiento contra la avaricia empresarial
, al realizar múltiples actos que comenzaron hoy.
Morello, en Los Ángeles, recordó a manifestantes que nadie jamás logró cambiar nada sin alzar la voz y demandarlo
.
El reverendo Martin Luther King Jr fue asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis, Tennessee. Había viajado a esa ciudad sureña para manifestar su solidaridad con una furiosa huelga de los trabajadores municipales de limpia de esa entidad, quienes pedían dignidad, salario justo y una voz colectiva a través de un sindicato. Soy un hombre
, se leía en sus pancartas para denunciar y rechazar la frecuente manera denigrante de ser llamados boys (niños), palabra que se solía usar para referirse a los hombres afroestadunidenses. King había insistido en que su lucha por los derechos civiles no podía estar desvinculada de la lucha por los derechos laborales y sindicales. Fue King quien caracterizó al movimiento laboral como “la principal fuerza que transformó la miseria y la desesperación en esperanza y progreso… elevando niveles salariales que implicaban no sólo la mera sobrevivencia, sino una vida tolerable”.
Pero hoy, en varios estados, políticos financiados por empresarios derechistas promueven iniciativas para revertir los derechos sindicales de maestros y otros trabajadores del sector público: los mismos políticos que también encabezan intentos para anular avances contra la discriminación en el empleo y suprimir derechos de las mujeres y los gays y, por supuesto, promueven la ola antimigrante por todo el país, afirman organizadores de los actos en torno a este aniversario.
King murió defendiendo los derechos laborales de empleados del sector público, los mismos que hoy son objeto de una feroz ofensiva conservadora política y empresarial en este país. Se estaba volviendo una de las figuras más peligrosas precisamente por vincular su lucha inicial por el trato igualitario de las razas a la lucha por la justicia económica y la condena a las políticas bélicas e imperiales de Estados Unidos en plena guerra de Vietnam.
Hoy, el eco de ese mensaje fue recogido por trabajadores municipales frente a la alcaldía de Nueva York, por mineros en Virginia, trabajadores de servicios en Los Ángeles, siderúrgicos en Pittsburgh, pero sobre todo por empleados del sector público a lo largo del país –maestros, enfermeras, trabajadores sociales, bomberos y más– cuyos derechos sindicales y laborales son objeto de un intenso ataque de gobernadores y legislaturas, casi todas en manos de republicanos conservadores, en estados como Wisconsin, Ohio, Michigan, Indiana y Pensilvania, con el pretexto de reducir los déficit de sus presupuestos, resultado de la crisis provocada por Wall Street, pero con el objetivo de destruir los sindicatos y reducir al máximo los programas sociales.
Esta semana, en pulpitos, sinagogas y otras ubicaciones en todo el país, la gente común recuerda la muerte de King al unirse para decirles a los poderosos y a los políticos que les cumplen sus deseos que ya basta
, escribieron Benjamin Todd Jealous, presidente de una de las principales organizaciones de derechos civiles, NAACP, y Mary Kay Henry, presidenta del sindicato nacional de servicios SEIU, el más grande del país, en un artículo publicado hoy en el Washington Post.
En Wisconsin, Michigan, Ohio e Indiana los esfuerzos por anular los derechos sindicales de trabajadores del sector público han prosperado a pesar de protestas masivas, y los activistas afirman que, aunque han perdido estas batallas, la guerra apenas empieza. De hecho, ya se impulsó una campaña para rescindir los mandatos de los legisladores estatales republicanos en Wisconsin, que hasta podría acabar con la carrera del gobernador Scott Walker de ese estado por medio de un referendo.
Algunos preguntan si esta ofensiva marca el punto final para los sindicatos y organizaciones laborales en este país que han sido debilitados y derrotados por ataques empresariales y políticos, y por su propia falta de respuesta, durante las ultimas décadas. Pero otros creen que la rebelión popular de sindicalistas, estudiantes, granjeros y más que estalló en Wisconsin durante semanas, en respuesta a propuestas para anular derechos sindicales de trabajadores públicos, podría marcar un renacimiento del movimiento laboral y sus aliados, si es que se logra ampliar por todo el país. Los actos de hoy fueron un intento por lograrlo.
(Para ver videos de diversos actos: www.we-r-1.org/)