Desastre por terremoto y tsunami impactará política ambiental: Japón
Martes 5 de abril de 2011, p. 24
Tokio, 4 de abril. La empresa operadora de la central nuclear japonesa de Fukushima, Tokyo Electric Power (Tepco), empezó a verter 11 mil 500 toneladas de agua débilmente radiactiva
al océano para permitir la reparación de los circuitos de enfriamiento de los reactores y evitar una catástrofe peor que la de Chernobil.
A la par, Japón, la tercera economía del mundo, que enfrenta la peor crisis de su historia desde la Segunda Guerra Mundial, dejó entrever que el desastre ocurrido por el terremoto y el tsunami el 11 de marzo en el noreste del país, así como el accidente nuclear posterior, podría tener impacto en su política medioambiental.
Tras el daño ocasionado por el tsunami a la central nuclear, gran cantidad de agua ha sido utilizada para enfriar las barras de combustible y evitar que se fundan, lo que provocó enormes inundaciones en los locales y las galerías subterráneas, que dificultan los trabajos de reparación de la red eléctrica y de los circuitos de enfriamiento.
Tepco explicó que el agua que se va a verter al mar en forma controlada durante cinco días, no tendrá consecuencias para la salud, pues la radiactividad es cien veces mayor que el límite legalmente permitido, pero se considera un índice bajo de radicación.
Al mismo tiempo, los operadores se afanan en combatir una grieta de 20 centímetros que ocasiona una filtración incontrolada de agua altamente radiactiva que contiene niveles de yodo 131 unas 10 mil veces superiores a los niveles permitidos.
Aunque se detectó que una parte del agua contaminada se filtra al océano por esa grieta de un pozo de cemento en el reactor 2, situado por encima del nivel del mar, Tepco reconoció que no hemos logrado el principal objetivo de parar la salida del agua
.
En un último recurso, la empresa operadora comenzó a utilizar colorantes en el agua para determinar si ése es realmente el origen del escape, aunque esta técnica tampoco no funcionó. Ahora se plantea levantar barreras para limitar la dispersión de partículas radiactivas en el mar, operación que podría durar varios días.
Japón, además, pidió a Rusia enviar un barco especial de tratamiento de radiación usado en submarinos atómicos, con el propósito de que lo ayude a contener la peor crisis nuclear.
Además de la contaminación del mar, hoy fueron detectados altos niveles de radiación en otros alimentos como los hongos shiitake en la ciudad de Iwaki, prefectura de Fukushima.
En tanto, el viceministro japonés del Medio Ambiente, Hideki Minamikawa, que asiste a las negociaciones internacionales de Naciones Unidas sobre el clima en Bangkok, sugirió que Japón podría revisar a la baja sus objetivos de reducir en 25 por ciento las emisiones de carbono antes de 2020, en comparación con el nivel de 1990.
Greenpeace consideró parciales y contradictorias
los informes de las autoridades sobre los riesgos radiactivos y anunció estudios de muestras más precisos, especialmente en verduras y leche. Esperamos ser capaces de suministrar un análisis independiente y consejos claros a la población.
También la economía se verá afectada. El gobernador adjunto del Banco de Japón reconoció que los daños de la crisis nuclear durarán varios años. Hay una sólida posibilidad de que la economía se contraiga en el año fiscal en curso
, afirmó.
En Viena, por lo pronto, el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Yukiya Amano, sostuvo que los estándares estrictos y la total transparencia son vitales para restaurar la confianza pública en la energía nuclear ante la crisis de Fukushima, durante la conferencia sobre la revisión de la convención sobre la seguridad nuclear.