En apenas dos meses, el contrabando de cigarros en México se triplicó, pues de 30 marcas que a finales de 2010 circulaban de manera ilegal, actualmente son más de 100 los productos de contrabando que se pueden encontrar, incluso en el comercio formal, aseguró la tabacalera British American Tobacco (BAT).

Carlos Humberto Suárez, director de asuntos corporativos y regulatorios de la empresa, señaló que el problema es resultado del incremento desmedido y violento de los impuestos a los productos del tabaco, equivalente a siete pesos por cada cajetilla de 20 cigarros.

Detalló que antes de aprobarse esta medida el contrabando representaba entre 2 y 3 por ciento del mercado, pero en entidades del centro de la República (Michoacán y Guanajuato) y del sureste (Yucatán) ya ocupa 15 por ciento del mercado. De extenderse a escala nacional, las pérdidas para el erario ascenderían a 7 mil millones de pesos, apuntó.

Al respecto, la Fundación Interamericana del Corazón desestimó la denuncia de la tabacalera y la acusó de incumplir la normatividad y de llevar a cabo acciones para, por ejemplo, ocultar los pictogramas.

Jesús Felipe González, directivo de la agrupación civil promotora de la ley antitabaco, denunció que algunas marcas de BAT han puesto a la venta cajas metálicas para que los consumidores guarden en ellas sus cajetillas de cigarros. Con eso logran ocultar los pictogramas y las leyendas sanitarias de advertencia sobre los daños a la salud causados por fumar.

Respecto del contrabando de cigarros, el especialista recordó que en países de Latinoamérica se ha documentado que este tipo de problemas han sido promovidos por las mismas industrias tabacaleras como BAT y Philip Morris (PM), con la intención de desacreditar las estrategias que buscan la erradicación del tabaquismo y promueven los espacios 100 por ciento libres de humo.

Venta de cigarros por unidad en un puesto callejero del DFFoto Marco Peláez

También comentó que la denuncia de BAT se da, casualmente, luego de que el diputado Omar Fayad presentó una iniciativa de reforma a la ley antitabaco, a fin de permitir a los dueños de establecimientos que ellos decidan si sus negocios serían espacios de fumadores o no fumadores.

González también cuestionó que BAT pudiera dar un reporte detallado sobre el supuesto contrabando, pero sea incapaz de informar sobre el comportamiento de las ventas a partir del aumento en el precio de los cigarrillos.

En la conferencia de prensa del directivo de la tabacalera, Carlos Humberto Suárez, señaló que dos meses era poco tiempo para determinar si las ventas de tabaco han sufrido alguna afectación a causa del incremento en los precios.

En cambio, subrayó que la industria advirtió a los legisladores sobre el riesgo del incremento del contrabando. En 15 años ha habido aumentos en los impuestos, pero este fue radical y desmedido, señaló en referencia a la decisión de los diputados de aumentar el impuesto especial sobre productos y servicios (IEPS) en siete pesos por cajetilla. Significa, dijo, que 70 por ciento del precio del producto es impuesto.

Dijo que por medio de la fuerza de ventas de BAT y las investigaciones de mercado que realizan constantemente pudieron detectar el contrabando. Suárez resaltó que las autoridades están a tiempo de detener el problema y dijo que la industria tabacalera está dispuesta a colaborar en lo que sea posible.