Opinión
Ver día anteriorLunes 7 de marzo de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Toros
¿La Fiesta en Paz?

Castigos de Juárez

H

ablamos de los pormenores de la accidentada primera corrida que se celebró en el estado de Oaxaca tras 175 años en que los habitantes de la entidad, por respeto a la memoria del presidente Benito Juárez, se abstuvieron de efectuar corridas, novilladas y peleas de gallos, si bien, más que los toros o los toreros, al Benemérito le molestaban los taurinos, pertenecientes a la elite opositora a sus importantes reformas para el avance de México.

El empresario Pedro Haces, que lo mismo da corridas –incruentas of course– en Las Vegas que en una placita portátil en Santa María del Tule, con su majestuoso ahuehuete de más de 2 mil años, contigua a la ciudad de Oaxaca, decidió romper con la tradición ataurina de ese estado y ofrecer un cartel, ¿adivine con quién? No con Diego Ventura, al que ya le anda cayendo la extraviada justicia mexicana por incumplimiento de contrato en Cadereyta, Nuevo León, sin devolver lo que se le pagó, sino, ¡acertó usted!, con el cumplidor Pablo Hermoso de Mendoza y, a pie, Federico Pizarro y Uriel Moreno El Zapata.

Sólo que el espíritu de Juárez sigue molestándose cuando sucesivas generaciones de mexicanos escupen sobre su tumba y reniegan de un nacionalismo lúcido que denuncia a los explotadores del pueblo y a los entreguistas, incapaces de creer en el país que los enriqueció.

Quizá por eso un grupo de protectores de animales, a saber si liberales o conservadores, apedrearon el coso, interrumpiendo el festejo durante una hora, por lo que sólo se lidiaron dos reses de El Grullo para los toreros de a pie y las correspondientes a Hermoso, de La Venta de Romero y de Fernando de la Mora, a las que cortó cuatro orejas y un rabo, mientras que Pizarro obtuvo dos orejas pero salió con una fractura expuesta en el dedo anular y El Zapata, con una cornada en la pantorrilla, sólo dio vuelta al ruedo.