Riad. En desafío a la prohibición de manifestarse, 40 mujeres participaron en una concentración frente al edificio del gobierno de la ciudad de Damman, en el este de Arabia Saudita, para exigir la liberación de sus hijos, detenidos desde 1996 tras el ataque a una base aérea utilizada por fuerzas estadundienses en Al Jobar.

Las mujeres fueron detenidas, según testigos, quienes aseguraron que algunas fueron golpeadas por fuerzas del orden; varios hombres que las apoyaban también fueron detenidos el sábado, mismo día en que el ministerio del Interior recordó que las manifestaciones y marchas de protesta en el país son ilegales y violan la ley islámica (sharia) y las tradiciones del país.

Las autoridades sauditas pusieron en libertad al clérigo chiíta Tawfik Amer ayer, tras una serie de protestas, quien fue arrestado por pedir una monarquía constitucional e igualdad de derechos para la minoría chiíta.

En Bahrein, miles de personas se manifestaron nuevamente, esta vez frente a la sede del gobierno en Manama, para exigir la dimisión del primer ministro Jalifa ben Salman Al Jalifa, en el cargo desde 1971.

Además de la caída del régimen monárquico de la dinastía sunita Al Jalifa, la oposición, de mayoría chiíta, exige en particular la abolición de la Constitución de 2002. Alí Salmane, jefe del Wefaq, principal movimiento opositor, reclamó una reforma política que permita al pueblo elegir su gobierno.

En Egipto, civiles armados atacaron a manifestantes que exigían reformas a los servicios de seguridad frente al cuartel de la policía en El Cairo, mientras Essam Sharaf, primer ministro del gobierno de transición, nombró a tres nuevos ministros: de Justicia, del Interior y de Relaciones Exteriores, con lo que relevó a los anteriores, vinculados al régimen de Hosni Mubarak.

En Jordania cientos de islamitas se manifestaron frente a las oficinas del primer ministro Maruf Bakhit para exigir la liberación de sus familiares presos. Aseguraron que sus parientes están en la cárcel para satisfacer a Estados Unidos y a Israel.