Hollywood, 28 de febrero. El discurso del rey, premiada con cuatro Óscares el domingo, cumplió con las expectativas de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, proclive a galardonar dramas con valor histórico y tramas de superación personal, pero se quedó en el intento de convencer a los jóvenes.

Nominada a 12 premios Óscar –más que cualquier otra película en la entrega 83–, El discurso del rey alzó las estatuillas de mejor película, mejor actor (Colin Firth), mejor director (Tom Hooper) y mejor guión original (David Seidler).

La otra favorita, Red social, popular entre el público más joven –que además representaba un desafío para los miembros de la Academia de mostrar una votación más renovada– se alzó con tres estatuillas doradas: guión adaptado, banda sonora y montaje.

La gran perdedora de la noche fue el western de los hermanos Coen, Temple de acero, que no se llevó ninguno de los 10 trofeos a los que aspiraba.

Los Óscares a Colin Firth por El discurso del rey y Natalie Portman por Cisne negro como mejores actores principales confirmaron los pronósticos de los expertos, al igual que los premios a Melissa Leo y Christian Bale como mejores actores secundarios, ambos por El peleador.

Gala almidonada

Anne Hathaway y James Franco, quienes fueron maestros de ceremonia, ofrecieron momentos distendidos apelando a la espontaneidad, como cuando ella presentó a su madre ante la audiencia y luego él a su abuela.

No obstante, la gala no pudo sacarse el almidón que, como los mismos anfitriones bromearon, se esfuerza en llegar a un grupo demográfico; los jóvenes que han abandonado la televisión como medio para buscar entretenimiento y que poco después de terminada la gala lanzaban sus peores criticas en las redes sociales.

A pesar de las muchas películas dignas de estar nominadas, la ceremonia de los Óscares fue dolorosamente aburrida, lenta, necia, y animada por la pareja dispareja de Franco y Hathaway, opinó Roger Ebert, uno de los críticos de entretenimiento más influyentes en Estados Unidos.

Según Ebert, ella pudo haber hecho un papel maravilloso con otro como compañero, pero Franco parecía un ciervo encandilado y leía sus líneas como robot.

En general, ese era el sentir en las discusiones en la red: Esto fue horrible, como una producción de escuela secundaria, apuntó Nobleone en un blog del diario Los Angeles Times.

“Un rotundo chiste, que El discurso del rey haya ganado. Cinta de la que nadie había oído hablar hasta hace cuatro semanas”, agregó J. Thur en la misma discusión en línea.

Además, según reportes preliminares de Nielsen Media, la audiencia disminuyó 9 por ciento respecto de la ceremonia del año anterior. La ceremonia fue vista por 37 millones 600 mil telehogares en Estados Unidos, lejos de los 41 millones 300 del acto de 2010.

El origen, de Christopoher Nolan, sumó también cuatro trofeos, pero en rubros técnicos.

Por el lado hispano, la cinta mexicana Biutiful, de Alejandro González Iñárritu, fue superada en la categoría de mejor película extranjera por la danesa En un mundo mejor. El actor español Javier Bardem, protagonista de Biutiful, perdió, como él mismo previó, frente a Colin Firth, gran favorito de la noche.