Manama, 23 de febrero. Las autoridades de Bahrein liberaron hoy a 23 opositores chiítas acusados de intentar derrocar a la monarquía sunita, junto con otros 308 prisioneros comunes, en un intento por frenar las movilizaciones en demanda de reformas para una monarquía constitucional y un gobierno electo, que continuaron este miércoles.

El indulto decretado por el rey Hamad Ben Isa Al Jalifa para la liberación de los 23 presos, acusados en octubre pasado de formar una organización ilegal, recurrir al terrorismo, financiar actividades terroristas y propagar informaciones tendenciosas y erróneas, es una respuesta al llamado de clemencia de los manifestantes, señaló el propio monarca.

El rey también anunció que se permitirán las protestas pacíficas y ofreció un diálogo sobre las reformas, con lo que las fuerzas de seguridad dejaron el centro de la ciudad tras los disturbios del martes.

Después de su liberación, los 23 presos políticos se declararon inocentes y denunciaron malos tratos en la cárcel, pero el gobierno se comprometió a efectuar una investigación sobre las irregularidades.

Por su parte, el rey Abdulá bin Abdelaziz, de Arabia Saudita, también anunció una serie de medidas sociales, a su regreso de Marruecos (donde por tres meses recibió tratamiento médico), que incluyen amnistía para un número de prisioneros detenidos por delitos financieros

Dispuso un incremento de 15 por ciento a los salarios para los burócratas, un aumento del capital de un fondo de ayuda a la vivienda, facilidades para la obtención de créditos y una serie de medidas para luchar contra el desempleo.

En Yemen, nueve parlamentarios renunciaron al Congreso General del Pueblo, el partido político del presidente Ali Abdalá Saleh, en protestas por la violenta represión gubernamental de las protestas, y le enviaron una carta en la que demandan una reforma política inmediata y la restructuración del ejército para que ayude a una transición a la democracia.

Miles de personas volvieron a participar en una sentada frente a la Universidad de Saná, y dijeron que allí permanecerán hasta la caída del régimen.

Por último, en El Cairo, la capital egipcia, policías árabes que demandan su reinstalación incendiaron un edificio del Ministerio del Interior.