Se cierne sobre AL espectro de nueva crisis; México, entre los afectados
Recomienda a gobiernos proteger de aumentos a los sectores más pobres
Jueves 24 de febrero de 2011, p. 33
El alza en el precio de los alimentos dejó de ser una preocupación meramente financiera. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este miércoles que, además del efecto que tendrá en la inflación mundial, el creciente costo de productos agrícolas puede tener complicaciones sociales adversas
. El organismo anticipó que las cotizaciones de materias primas se mantendrán altas en el corto plazo.
Los aumentos de precios en comestibles plantean un desafío particular para varios países emergentes y en desarrollo, consideró el FMI en un reporte dado a conocer este miércoles. Los recientes incrementos en dichos productos ocurren en un momento en que la economía mundial sale de la más profunda crisis desde la gran recesión de los años 20 del siglo pasado, cuando las naciones son más vulnerables y tienen, en general, menos margen de maniobra en el terreno fiscal, apuntó.
Además a las implicaciones en la inflación, el rápido incremento en el valor de alimentos puede tener implicaciones sociales adversas, particularmente en los países de más bajo ingreso
, señaló el FMI.
En el último año, la cotización internacional promedio de los alimentos aumentó 32 por ciento, de acuerdo con un índice elaborado por el FMI.
El reporte indica que el alza en los precios de las materias primas en general –además de alimentos, metales y petróleo-- obedece a una demanda arriba de lo esperado y se espera que se mantengan elevados en el corto plazo.
Menciona que las alzas en los alimentos, motivadas principalmente por afectaciones en la oferta causadas por fenómenos climatológicos, han sido particularmente importantes en los últimos meses. Las cotizaciones se encuentran en los niveles máximos registrados en 2008.
El reciente descontento social en varios países de Medio Oriente puede incrementar la presión sobre los precios de los alimentos, si algunos grandes importadores (Egipto, por ejemplo, es uno de los mayores abastecedores de trigo en el mundo) incrementan sus adquisiciones para asegurar la estabilidad doméstica y contienen los precios en los mercados locales
, apunta.
Según el organismo, para minimizar los costos sociales y económicos del rápido aumento en la cotización de los comestibles que se ha dado en el mundo, los gobiernos deben evitar aplicar políticas discrecionales, como prohibir o aumentar los impuestos a las exportaciones y establecer controles de precios con la idea de que estas acciones pueden aislar los mercados domésticos, cuando en realidad pueden aumentar la volatilidad mundial de precios.
Otra recomendación del FMI a los gobiernos es que se aseguren de que las personas más pobres serán protegidas de las alzas en alimentos, de manera ideal por medio de programas dirigidos específicamente para atender a estos segmentos de población.
El Banco Mundial advirtió la semana pasada que el alza en el valor de los comestibles de los últimos meses llevó a la pobreza a 44 millones en los países en desarrollo. Señaló que el espectro de una nueva crisis alimentaria se cierne sobre algunas naciones de América Latina. Uno de los afectados en la región es México, apuntó. Lejos de la bonanza que para las naciones exportadoras representa el repunte en la cotización internacional de las materias primas agrícolas, Centroamérica y el Caribe son altamente vulnerables, dada su dependencia extrema a las importaciones de granos, consideró.