Asiduos expositores de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería coinciden en señalar que es la primera vez que el lujo llega al recinto, al mirar el pabellón del estado de México, entidad invitada de honor del encuentro.

En realidad son dos espacios que los mexiquenses acondicionaron sin escatimar recursos: en uno, además de contar con varios libreros de madera construidos ex profeso, se instalaron dos cabinas de transmisión para la radio y la televisora de ese estado, así como un pequeño foro para sus presentaciones editoriales, todo con mobiliario en blanco y rojo.

En los anaqueles se exhiben los títulos de la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, uno de los programas culturales estrella de la gestión del gobernador Enrique Peña Nieto, en el cual, en sus 11 series temáticas, se han publicado ya 325 mil ejemplares, según cifras de los organizadores.

También figuran títulos publicados por las universidades autónomas del Estado de México y Chapingo, el Colegio Mexiquense, los institutos Mexiquense de Cultura, Electoral del Estado de México y de la Administración Pública del Estado de México, así como editoriales independientes, como el Centro Toluqueño de Escritores, Casas del Poeta, Amaquemecan y Cofradía de Coyotes.

También dispuso de un espacio para montar su Salón Estado de México, en el cual exhibe y vende productos artesanales de lujo, así como libros de arte.

En total, esa entidad realizará 114 actividades, entre ellas 66 presentaciones editoriales, además de la entrega de diversos premios literarios y de investigación.

Durante la inauguración ayer de la versión 32 de la feria, Peña Nieto destacó el hecho de que es la primera vez que su estado es invitado de manera individual.

En su discurso, llamó a incrementar los recursos para la educación y reconoció que actualmente uno de cada cinco jóvenes mexiquenses estudian una carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México, esto es, unos 73 mil alumnos.

Rodeado de decenas de guaruras, el gobernador recorrió el módulo mexiquense e hizo una pausa frente al árbol de la vida emplazado en el descanso de la escalinata principal del recinto ferial.

La pieza, de dos metros de altura, fue elaborada por artesanos de Metepec para ser exhibida en la feria e incluye a 33 escritores de la entidad, desde Nezahualcóyotl hasta Sor Juana Inés de la Cruz, pasando por José Mirlo, Carmen Rosenzwaig y Esbón Gamaliel.