El secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, apuntó ayer que no le preocupa la alianza entre los sindicatos Mexicano de Electricistas y Nacional de Trabajadores Mineros –que hoy se concretará– para luchar por su autonomía sindical, ni que se unan contra la reforma laboral, porque ese proyecto va muy bien.

El funcionario expresó su optimismo de que la reforma presentada por el Partido Acción Nacional (PAN) está cerca de que se apruebe, antes de la segunda mitad de abril.

Lozano también se refirió a las declaraciones que hizo la Arquidiócesis de México sobre que los sindicatos en el país cometen abusos y chantajes, y dijo que no se puede calificar a todos los gremios con un solo rasero, porque no todos son iguales.

En una reunión con ex alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el funcionario volvió a hablar de que hay urgencia de que se apruebe la reforma laboral, luego de advertir que de nada sirve una defensa a ultranza, desde el sindicalismo, a las llamadas conquistas históricas, cuando eso puede llevar al traste a empresas o a sectores completos.

Lo que se busca es preservar ese catálogo de derechos mínimos irrenunciables que, en términos generales, pueden y deben permanecer, pero en la legislación secundaria se debe modernizar el detalle para hacer valer esos derechos.

Apuntó Lozano que la reforma del PAN recoge lo mejor de 332 iniciativas previas que se han presentado en el Congreso de la Unión en los 12 años anteriores y que, casi siempre por razones políticas, no se ha dado el siguiente paso.

Son tantas manos que han pasado por el tema, son tantas las propuestas, tantas las iniciativas, que no podemos decir que esto es de la autoría de un gobierno, de un partido político, mucho menos de una persona. Afortunadamente se han dado los pasos conducentes para que se pueda hablar de una conciliación de intereses entre las distintas posiciones, aseguró.

Lozano auguró que la discusión legislativa conducirá a dictaminar algo más cercano a lo necesario, ya que en ésta, como en tantas otras cosas de la vida, lo perfecto es enemigo de lo bueno, dijo. Además, consideró que no hay fórmulas mágicas, y alertó: No es una cuestión de leyes, es una cuestión de urgencia y de necesidad.