Entrega Ebrard al escritor uruguayo diploma de honor y la Medalla 1808
La ayuda del norte ha sembrado al mundo de dictaduras militares, advierte
Miércoles 23 de febrero de 2011, p. 14
Eduardo Galeano en México. El escritor uruguayo recibió este martes el diploma de honor y la Medalla 1808 como reconocimiento a su trayectoria, en una ceremonia realizada en el antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Durante su discurso, Galeano agradeció a México y manifestó su solidaridad con el país “ahora que esta tierra entrañable está siendo víctima de la hipocresía del narcosistema universal, donde unos ponen la nariz y otros los muertos, y unos declaran la guerra y otros reciben los tiros.
“Y en estas horas duras, México está recibiendo veladas amenazas del gran hermano del norte que parece que quiere venir a salvar a este país de la violencia y del caos, y eso corresponde a la tradición mesiánica del hermano del norte que a lo largo de casi toda su vida independiente se ha consagrado a esa tarea, al parecer encomendada por Dios, de salvar a los países que necesitan su ayuda. Me parece muy peligroso, porque en la experiencia esa ayuda ha sembrado al mundo de dictaduras militares, ha convertido a Irak en un manicomio y está convirtiendo a Afganistán en un vasto cementerio.
“A mí –dijo– me parecen peligrosos todos los mesianismos, tengan el color político que tengan y provengan de la religión de donde provengan. El único mesianismo que no parece peligroso es el mesianismo de Lionel Messi, el mejor jugador de futbol del mundo.”
Antes de la ceremonia, donde recibió la medalla de manos del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y a la que asistiero los escritores Elena Poniatowska y Jaime Labastida, entre otros, el autor de Las venas abiertas de América Latina se reunió con la prensa, donde habló de los sucesos de los días recientes en Medio Oriente, el narcotráfico, su voto en favor de la legalización de las drogas como única salida al problema, tema que ha sido una constante en sus entrevistas recientes.
Lo que ocurre en Medio Oriente “es una explosión de furia colectiva, con un poder de contagio realmente asombroso, y me parece maravilloso que ocurra, como un hermoso fuego que se está propagando en dirección a la democracia de verdad, no a la democracia que dice ser democracia, pero que es ‘cracia’ nada más: es poder nada más, y de ‘demos’, de pueblo, no tiene nada. Si tiene una verdadera dirección y va hacia la libertad, son aspiraciones legítimas y difíciles de contradecir, pero que chocan contra estructuras de poder muy sólidas, alimentadas por años y años”, dijo el ensayista, quien en ese momento estuvo acompañado por la productora Bertha Navarro y Alejandra Moreno Toscano, la autoridad del fideicomiso del Centro Histórico.
En América Latina, en tanto –continuó–, estamos asistiendo a una especie de brote, de rebrote, de las energías lindas, de creación, que parecían agotadas, ya muy cansadas y que están volviendo a nacer. Una voluntad de cambio que se expresa de distintas maneras
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Las personas a la larga se cansan de ser nadie dentro de esos regímenes que los convierten en un montón de nadies, y entonces surgen, como ha ocurrido en América Latina, movimientos interesantísimos, como los de Venezuela y Bolivia.
Tema inevitable durante la conferencia de prensa, el del narcotráfico. Dijo el autor de Memoria del fuego: “El narcotráfico hoy por hoy está logrando que algunos estados se conviertan en narcoestados, donde el Estado ha desaparecido o ha renunciado a buena parte de sus funciones más importantes como gestor del poder público, para convertirse nada más que en verdugo y policía de la población, y ese lugar vacío lo ocupan, en algunos países, los narcos, que son los que están consagrados al negocio más lucrativo del mundo; creo que esta es una gran fiesta de la hipocresía universal también, que no viene ahora, sino de los muy viejos tiempos”, y recordó a la reina Victoria, quien era una narcotraficante
que quería llevar a China las drogas que producía en India.
Ahora, ¿en qué cambió?, si el principal proveedor de heroína del mundo es Afganistán, que produce casi toda la heroína que se consume en el mundo, y resulta que es un país ocupado, pero según la legislación internacional, el país ocupante es responsable de lo que ocurre en el ocupado; entonces, algo tendrá que ver esa nación ocupante con el tráfico de drogas que ocurre ante sus ojos y a cargo de su gente, de todos estos señores de la guerra que ponen y sacan del poder. Es pura hipocresía también porque el tema de la droga remite a un punto central, que es el consumo, donde se consume la mayor parte de la droga que se produce en el mundo, y es justamente en el país del norte, que es el campeón de la guerra contra la droga
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Y repite la pregunta ¿Por qué será que la droga no se legaliza?
, si basta ver lo que ocurrió con la ley seca en Estados Unidos, donde Al Capone hizo su fortuna vendiendo el alcohol que estaba prohibido. La droga es el más jugoso de todos los negocios, que sobre todo brinda fortunas a los grandes bancos del mundo, que son los especialistas en las operaciones invisibles, en la borratina de las huellas, y a una larga lista de intermediarios que se enriquecen y tiene mucho poder político. A la droga habría que legalizarla de una vez, no por un país aislado, sino un grupo de países; tendríamos que ponernos de acuerdo para legalizarla y para que esto implique un control médico sobre la población en general, no veo otra salida
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Asimismo, hizo un reconocimiento a la periodista Carmen Aristegui y llamó a no pecar nunca contra la esperanza, recomendación que le hizo su amigo Carlos Quijano, fundador de la revista Marcha. Sería bueno que los políticos y los periodistas tuvieran esa frase escrita con letras grandes. No hay que pecar contra la esperanza colectiva
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