En la misa dominical en la Catedral Metropolitana, que encabezó el arzobispo primado de México Norberto Rivera, los fieles católicos oraron por generales, jefes, oficiales y tropa del Ejército mexicano, así como por quienes los comandan.

En alusión al Día del Ejército, que se festejó la víspera, se recordó el origen genuinamente popular de los militares, por quienes pidieron que reafirmen su vocación de paz y auxilio a la sociedad sirviendo con honor y lealtad.

Las plegarias también fueron por quienes han cometido abusos contra niños y niñas, arrebatándoles la inocencia en muy diversas y bochornosas formas, para que arrepentidos de sus pecados puedan encontrar paz.

En ese contexto, Rivera Carrera solicitó a los feligreses rechazar el mal y luchar abiertamente contra éste.

Sostuvo que el cristiano “no puede ser cómplice del mal que amenaza nuestra sociedad ni tampoco de la violencia.

No puede meter la cabeza en la arena diciendo que no le importa lo que está sucediendo en la familia, en la escuela o en la comunidad. El cristiano debe enjuiciar evangélicamente los acontecimientos y denunciar todo lo que corrompe nuestro mundo.

El cardenal Norberto Rivera llamó ayer a los feligreses a denunciar todo lo que corrompeFoto María Meléndrez

También se pronunció contra la violencia y aseguró que los cristianos no pueden caer en la tentación de pensar que el fin justifica los medios, y que para arreglar la sociedad pueden hacer como otros grupos que siguen la ideología de la violencia.

Tras subrayar que la violencia no es el camino para curar a la sociedad, Rivera Carrera exhortó a cada uno de los asistentes a denunciar el mal, defender la vida y proclamar la verdad, aunque sea insultado y difamado por ello.

En la celebración del denominado domingo de la infancia y la adolescencia misionera, que congregó a decenas de niños y jóvenes, demandó evitar la violencia en las familias y las agresiones entre los adolescentes en las escuelas.

Traten a los demás como quieran que ellos los traten, aseveró.