Miércoles 16 de febrero de 2011, p. 37
Morelia, Mich., 15 de febrero. La reserva de la mariposa monarca, que abarca 56 mil 259 hectáreas, sólo tiene 24 mil hectáreas de bosque. El resto son ahora pastizales, áreas urbanas y de cultivo, indicó Isabel Ramírez Ramírez, especialista del Centro de Investigaciones de Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Destacó que de 1986 a la fecha han sido taladas ilegalmente 6 mil hectáreas en la también llamada zona de amortiguamiento.
Ramírez labora en el campus Morelia de la UNAM, y junto con otros investigadores constató que en 1986, cuando se publicó el primer decreto con el cual se creó una superficie de 16 mil hectáreas de protección de la mariposa, los dueños del bosque pensaron que perderían su patrimonio y comenzaron a saquear la floresta.
La zona de amortiguamiento se amplió a 56 mil 259 hectáreas en el año 2000, lo que propició confusión entre los propietarios de recursos forestales. Así, a la fecha se ha perdido 20 por ciento de las 30 mil hectáreas de bosque originales, porque en las 26 mil 200 restantes se cambió el uso de suelo.
Esto ocurrió en el área de conservación, pero en el resto de la superficie de los 12 municipios de la zona oriente (de Michoacán), que abarca cientos de miles de hectáreas, aproximadamente 60 por ciento de los bosques ha sido arrasado porque la vigilancia es mínima
, afirmó la doctora en geografía.
Explicó que de las 30 mil hectáreas de bosque que integran el área de conservación de la mariposa, en los 25 años recientes se perdieron 6 mil hectáreas, 61 por ciento de éstas por tala ilegal, y 33 por ciento por mal manejo, con permisos vencidos o no ejecutados a tiempo. Sólo 6 por ciento de la madera se extrajo legalmente.
En Michoacán se ubican los santuarios de Cerro Pelón, Sierra Chincua, ejido El Rosario, Huacal Chivati y Cerro Altamirano. Cerro Pelón, en el municipio de Zitácuaro, ha perdido 90 por ciento del bosque, dijo Isabel Ramírez. Por ello la mariposa se ha refugiado en el sur, en los límites con los municipios de Donato Guerra y Villa de Allende, estado de México
, añadió.
Las comunidades Cresencio Morales, Nicolás Romero, El Asoleadero, Emiliano Zapata, San Cristóbal y Francisco Serrato, en los municipios de Ocampo y Zitácuaro, son considerados focos rojos por la degradación de sus bosques, pero en esa zona hay un predio ejemplar, El Paso, que ha tenido un manejo extraordinario en 60 años
, sostuvo.
Comentó que de 2006 a la fecha se han recuperado las zonas más dañadas del área protegida, pero eso no significa que haya terminado la tala ilegal.
Otro problema que Ramírez ha estudiado es la contaminación de los ríos, no sólo en las partes bajas de la montaña, sino también en las partes altas, que considerábamos limpias, donde hemos descubierto residuos fecales
, acotó.
Ni el decreto de 1986 ni el de 2000 consiguieron frenar la pérdida forestal. Esperamos que haya una evaluación crítica de nuestras acciones individuales y colectivas a fin de revertir el deterioro y conservar este patrimonio natural y cultural
, señaló.