Integrantes de la Iglesia Cristiana de la Ciudad de México marcharon ayer desde el Ángel de la Independencia hacia la Secretaría de Gobernación para demanadar la liberación de Roberto González, integrante del credo, quien se encuentra privado de su libertad en instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) acusado de delitos fabricados.

González fue detenido en octubre pasado como parte del caso Casitas del Sur por su presunta responsabilidad en los delitos de tráfico de menores y delincuencia organizada.

Los cerca de 500 inconformes cargaban mantas en las que se leía ser cristiano no es delito, ¿por qué no catean al cardenal? y la PGR es la inquisición.

Dijeron que González permanece como rehén en la PGR y denunciaron que el gobierno federal se dedicado a linchar mediáticamente a esta Iglesia, criminalizando a las familias que la integran con falsas acusaciones para confundir a la opinión pública y hostigan e intimidan a los congregantes de nuestra iglesia para abandonar nuestra religión.