Con 63 años de trayectoria artística, el cantante mexicano Gualberto Castro dará a conocer hoy el más reciente de sus cerca de 40 discos, Saliendo del clóset, el cual contiene 12 temas dedicados a la comunidad gay y a la defensa de sus derechos.

Asimismo, el próximo 24 de febrero develará su placa en el Paseo de las Estrellas de Las Vegas, Nevada, frente al hotel MGM, en un hecho que pocos mexicanos pueden apuntar en su currículo.

En entrevista con La Jornada, Gualas, como lo llamaba Marcial Alejandro, expresó que su álbum (con el sello Continental) “está hecho con mucho respeto. Incluye una canción de Felipe Gil que se llama El amor no tiene sexo; participan también los autores Frank Domínguez y Rafael Hernández.

“El concepto del disco se me ocurrió porque el tema de la homosexualidad es hoy muy polémico. Hay avances; para muchos es normal ver a dos personas del mismo sexo abrazándose y besándose, lo cual hace muchos años no sucedía. Han sido muy atacados y han polemizado su derecho a adoptar o a casarse, por eso este disco es un regalo y un homenaje para homosexuales y lesbianas.

Aberrante, la agresión

Soy heterosexual, pero reconozco y apoyo sus derechos. Es una aberración que sean agredidos; la sociedad debe aceptar la homosexualidad como normal, porque ellos nacen con esa preferencia, no piden tenerla. Así, simplemente. La homosexualidad es parte de lo humano. Ahí está Ricky Martin, quien reveló que era homosexual hasta que sintió una liberación, y como él muchos otros.

Castro agrega: El contenido del disco es fino y las canciones son muy hermosas. Que se entienda: no se trata de ser tolerante con los homosexuales. Aquí no es asunto de tolerancia. ¿Tolerantes con qué? No, punto. Son gente común y corriente, como cualquiera de nosotros, pero con una preferencia sexual diferente. En adelante incorporaré canciones de este disco en mis presentaciones, porque están bien hechas y son bellas. Dignifican a los homosexuales.

Gualberto Castro comenta sobre sus seis décadas de carrera: “He visto cambiar las formas de interpretar. Hay artistas muy jóvenes cuyas canciones que graban tienen un estilo que dista mucho del de las que se grababan hace varios años, aunque hay voces actuales siguen en la línea del romanticismo. Todo depende del estilo y del gusto del público. Quien escucha canciones del género grupero ya sabe que no serán ciento por ciento románticas, porque utilizan el idioma de forma muy especial. Mientras las estaciones de radio no se pongan de acuerdo para ofrecer calidad, no se logrará que el público se eduque mediante la música.

Actualmente hay canciones que son un híbrido; para mí, las bandas gruperas no son estadunidenses ni mexicanas. Son un híbrido, pero han gustado mucho porque las tocan insistentemente en algunas estaciones de radio. Se habla de lo comercial y la música de calidad, pero eso está mal utilizado, porque crecí escuchando jazz, del cual dicen no es comercial, pero eso no quiere decir que lo bueno no sea comercial. Lo comercial y el nivel de calidad no están reñidos; hay gusto para todo.

Sobre su reconocimiento en Las Vegas, dice que es una organización que premia la trayectoria de los artistas.

“Reconocen que he cantado en muchas partes del mundo, en muchas ocasiones representando a México. Gané el festival OTI Internacional en 1973, con una canción de Felipe Gil titulada La felicidad; en el Festival Internacional de la canción en París, Francia, obtuve el primer lugar, con El derrumbe, del maestro Carlos Gómez Barrera. Con mis hermanos gané un festival en Río de Janeiro, Brasil, con Y después del amor, de mi hermano Arturo.”

La presentación del disco será este martes 8 de febrero, a las 20 horas, en el Aplausse.