Río de Janeiro, 7 de febrero. Un enorme incendio se expandió este lunes por los talleres de la Ciudad de la Samba, en Río de Janeiro, y destruyó buena parte de los carros alegóricos y los trajes de tres de las 12 escuelas que realizan el mayor carnaval del mundo.

Estamos desesperados. Todo estaba listo para el desfile, afirmó Jorge Castanheira, presidente de la Liga de las Escuelas de Samba (Liesa), que organiza los desfiles en el Sambódromo.

El incendio comenzó en la mañana y se expandió a gran velocidad, destruyendo buena parte de los talleres de las tradicionales escuelas Portela, Uniao da Ilha y Grande Río. El fuego también llegó a los almacenes de la Liesa, una especie de museo del carnaval.

El alcalde de Río, Eduardo Paes, anunció que la Ciudad del Samba comenzará a ser reconstruida esta semana, y aseguró que los desfiles se mantienen para el 6 y 7 de marzo.

Lo único que no se ha quemado es nuestra voluntad de desfilar, dijo con lágrimas el presidente de la escuela Grande Río, Helio de Oliveira. Esa escuela divulgó que fue destruido 90 por ciento de su trabajo, valorado en más de 4 millones de dólares.

Sueños a la basura

Ney Filardes, presidente de la Uniao da Ilha, dijo que se perdieron los dos mil trajes de los habitantes de las favelas que desfilan en el carnaval.

Es un sueño tirado a la basura. Meses de trabajo, y todo se ha perdido, dijo a la prensa José da Silva Junior, artesano de Portela.

Las escuelas de samba trabajan buena parte del año para preparar el carnaval, que reúne a decenas de miles de integrantes de las agrupaciones que participan en los desfiles y a turistas del mundo.

Miles de artesanos trabajan en la producción de los trajes y los carros alegóricos del carnaval, y muchos se dirigieron al lugar a primera hora de este lunes para evaluar los daños.

Cada año, las 12 escuelas de samba se disputan el prestigioso título de campeona del carnaval, en dos noches de desfiles en el Sambódromo de Río.

Los talleres, antes distribuidos en las favelas de la ciudad donde nacieron las escuelas, fueron agrupados en 2005 en la Ciudad de la Samba.

Ahora, una de las preocupaciones de las escuelas es cómo evitar que las que se quemaron sean penalizadas este año y sean bajadas a la segunda división de los desfiles, como ocurre cada año con las que obtuvieron menos puntos. Ese tema será decidido en una reunión.

El incendio comenzó por la mañana y se expandió a gran velocidad, destruyendo buena parte de los talleres de las tradicionales escuelas Portela, Uniao da Ilha y Grande RioFoto Ap

Desfilaré descalza si hace falta, afirmó entre lágrimas Cris Viana, la reina de la escuela de samba Grande Río, ante las cenizas de carros alegóricos y miles de trajes en un gran incendio a sólo un mes del Carnaval.

Esta bella mulata, cuya tarea es bailar sin parar sobre altos tacones y con microbikinis de plumas y lentejuelas al ritmo de 400 percusionistas, solloza en los brazos de uno de los directores de la escuela.

Amo mi escuela. Mi papel es estar aquí para aportar mi solidaridad, agregó Cris.

Apartada del tumulto, Elisangela, de 36 años, seca sus lágrimas con un pañuelo. Los bomberos no la dejaron ingresar al edificio y, desconsolada, los observa luchar contra el negro humo que irrita la nariz y todavía se eleva desde las ventanas.

Todos nuestros disfraces se quemaron. Cuando escuché la noticia en la radio, vine, dijo traumatizada junto a otros cientos de bailarines de su comunidad.

Grande Río fue fundada en Duque de Caxias, un suburbio al norte de Río. Como todas las escuelas nacidas en favelas, forma parte de la cultura popular del barrio y la ciudad.

Dolor, desesperación y decepción

Los talleres de otras dos escuelas, Portela y Uniao da Ilha, también se quemaron, aunque milagrosamente, según los responsables, los carros alegóricos pudieron salvarse, dado que el fuego se concentró en los pisos donde eran fabricados las esculturas y el vestuario.

Cuando vi las imágenes en la televisión tuve la misma sensación que el 11 de septiembre (de 2001, en el ataque a las Torres Gemelas, en Nueva York). No creía lo que veía, contó Paulinho Barbicha, de 61 años, director de los carros alegóricos de Uniao da Ilha.

El carnavalesco (guionista de la escuela) Álex de Souza afirma no estar en condiciones de hablar. Debo seguir evaluando los daños, se disculpa al borde de las lágrimas.

Es dolor, desesperación, decepción. El trabajo de un año se evapora. Estoy aquí para recuperar lo que pueda, declaró Denise Garcia, una de las directoras de Portela, que viste con orgullo una camisa con los colores de su escuela.

Esta noche, los presidentes de las escuelas del grupo especial dialogarán para analizar la ayuda a los gremios damnificados y encontrar soluciones en el reglamento del desfile.