Lunes 7 de febrero de 2011, p. 22
La Habana, 6 de febrero. Brasil busca el apoyo de Cuba en su doble aspiración de alcanzar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad y de afirmarse en la zona del Caribe como una potencia, de acuerdo con una versión brasileña, registrada en el caudal de cables destapados por Wikileaks.
Según el relato de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Brasil percibe a Cuba como un factor de influencia internacional en organizaciones como los No Alineados, lo cual sería un apoyo clave en Naciones Unidas y un escalón en la cuenca del Caribe.
El reporte citó en esos términos los comentarios de Vilmar Coutinho, subjefe de la misión brasileña en La Habana en junio de 2008. El diplomático habló con uno de sus colegas estadunidenses, tras el viaje a la isla, en mayo de ese año, del entonces canciller Celso Amorim, que a su vez era un seguimiento a la visita del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, cuatro meses antes.
Amorim fue recibido por el presidente Raúl Castro en una audiencia en la que estuvieron varios funcionarios cubanos, pero el canciller visitante sólo estuvo acompañado por su embajador, Bernardo Pericás.
Aunque no estuvo en la reunión, Coutinho pudo transmitir a su colega estadunidense algunos tópicos de la conversación entre Castro y Amorim.
En respuesta a una pregunta del canciller brasileño, Castro declaró que no tenía intención de permitir en un futuro cercano que los cubanos pudieran viajar libremente al exterior. Según la versión recogida por los estadunidenses, el presidente cubano pensaba que esa libertad provocaría un éxodo masivo, cuya mayor parte estaría dirigida a México y esto influiría negativamente
en las relaciones bilaterales con ese país.
Para viajar al exterior los cubanos deben recabar un permiso, que el Ministerio del Interior otorga o niega discrecionalmente.
El mandatario también descartó ante Amorim, según el reporte, que estuviera en marcha un cambio significativo en la dualidad monetaria en Cuba. Aunque reconoció que la existencia de dos monedas (una comparable con divisas fuertes, otra para el mercado interior), creaba profundas divisiones
en la sociedad cubana, un eventual ajuste impulsaría la inflación y la escasez.
Durante la conversación entre Amorim y Castro no se habló de derechos humanos. La posición brasileña, recordó Coutinho, es evitar un tema que envenenaría
el ambiente. Según el diplomático sudamericano, Castro sólo aceptó recibir al ministro visitante porque sabía que no pondría ese punto sobre la mesa.
En la sede de la cancillería cubana, tras firmar un acuerdo comercial, Amorim dijo ante la prensa que Brasil quería ser el socio número uno, no el segundo ni el tercero
de la isla. Coutinho, citado en el cable estadunidense, consideró que esa declaración no era realista, pues Brasil no está en posición de desbancar a Venezuela en esa relación.
Pero el diplomático brasileño apuntó que la frase de Amorim era más bien un mensaje simbólico hacia el gobierno cubano, sobre la seriedad con la que el país sudamericano estaba tomando su relación con la isla.
De acuerdo con la más reciente información disponible, Venezuela se mantuvo en 2009 como el primer socio comercial de Cuba, con más de 3 mil millones de dólares de intercambio, mientras que Brasil estaba en un discreto sexto lugar, con 578 mil dólares.
El informe estadunidense añadió que, en su entrevista, Amorim presionó a Castro para que devolviera la visita a Lula. El presidente cubano ofreció que Brasil sería uno de los primeros países que consideraría
para su primera gira internacional. Esta ocurrió en diciembre de 2008 y, en efecto, incluyó a ese país, después de Venezuela.