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Contra el Establishment
Assange comparece hoy en el juicio de extradición pedido por Suecia

El fundador de Wikileaks amenaza con demandar al diario The Guardian

La biografía que publicó es difamatoria, asegura el australiano

 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de febrero de 2011, p. 22

Julian Assange, fundador del sitio de Internet Wikileaks, que este lunes comparecerá ante la justicia británica por presuntos delitos de violación agravada cometidos en Suecia, amenaza con demandar al periódico inglés The Guardian por difamación.

El australiano está molesto por algunos sucesos publicados en una biografía no autorizada, que narran los hechos que precedieron a las filtraciones de los 250 mil cables secretos que han puesto en entredicho a la diplomacia estadunidense desde el 28 de noviembre de 2010, señala la edición de este lunes del diario The Independent.

Escrita por los corresponsales Davis Leigh y Luke Harding, la biografía, titulada En el interior de la guerra sobre el secreto de Julian Assange, describe al australiano como una de las figuras más extrañas que se hayan convertido jamás en celebridades.

El libro revela cómo el fundador de Wikilekas se disfrazó de mujer para escapar de los agentes secretos de los servicios de información de Estados Unidos que lo seguían en Inglaterra. También revela que el australiano, de 39 años, no conoció a su padre biológico hasta los 27 años, y que su primer lío con la justicia ocurrió en 1994 por pirateo informático.

Publicado por el Guardian Media Group, el libro retrata a Assange como un “hacker rubio platino” y se pregunta si es un luchador por la libertad de información o un delincuente sexual. La publicación se explaya además sobre disputas entre Assange y empleados de The Guardian, y sobre discusiones similares con otros socios mediáticos de Wikileaks.

No obstante, lo que ha molestado a Assange es la parte que narra el momento en que él se negó a omitir los nombres de los informantes en los documentos de la guerra de Afganistán, y ante los argumentos de que podrían ser asesinados si se daba a conocer su identidad, según la biografía habría dicho: quizá lo merecen.

La semana pasada, la cuenta de la red social Twitter de Assange publicó un mensaje que decía: “El libro de The Guardian contiene una serie de difamaciones y afirmaciones maliciosas. Tomaremos medidas en su contra”.

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Julian Assange, el fundador de Wikileaks, en imagen de archivo. El australiano comparecerá entre hoy y mañana ante la justicia británica para que ésta decida sobre su posible extradición a Suecia, donde enfrenta cargos por delitos de tipo sexualFoto Reuters

Guardian Media Group, la editorial del diario británico, negó haber recibido alguna notificación de acciones legales en su contra de parte de Assange. Sin embrago, un vocero de la editorial calificó de ironía implícita que una organización dedicada a la libertad y transparencia de la información amenazara con demandar a un periódico.

En entrevista con la BBC, Alan Rusbridger, editor de The Guardian, elogió la inteligencia y el pensamiento estratégico del que fue su socio negociador. Sin embargo, aseguró que Assange tiene una naturaleza escurridiza. Puede ser extremadamente encantador, comprometido y constructivo y, media hora después, más bien difícil y autocrático, dijo Rusbridger.

Assange comparecerá lunes y martes ante la justicia británica, que estudiará una demanda de extradición de Suecia por supuestos delitos sexuales cometidos contra dos mujeres en ese país, aunque el australiano ha negado esos delitos y estima que el caso tiene motivaciones políticas tras comenzar la difusión en Wikileaks de los cables confidenciales el 28 de noviembre pasado y los documentos secretos sobre las guerras de Irak y de Afganistán, meses antes, indicó Afp.

El ex hacker también es objeto de una investigación criminal por la filtración de 250 mil cables diplomáticos de Estados Unidos, material que fue entregado al semanario Der Spiegel y a los periódicos Le Monde, El País y The Guardian, que decidió compartir la información con otro medio que se edita en inglés, el estadunidense New York Times, por la preocupación aparente de que las autoridades británicas lograran suprimir su publicación.

Tras la ruptura de Assange con The Guardian, Wikileaks entregó los cables diplomáticos al diario Daily Telegraph.