El Cairo, 3 de febrero. Una tensa calma prevaleció en la tarde y la noche de este jueves en la plaza cairota Tahrir, donde opositores al gobierno del presidente Hosni Mubrak resistieron agresiones con armas de fuego durante la madrugada y el mediodía.

El saldo de los nuevos enfrentamientos fue de por lo menos cinco muertos, de acuerdo con fuentes oficiales, y de 10, según el recuento del servicio médico de una mezquita –convertida en hospital de campaña– cercana a la plaza Tahrir (Libertad), donde se mantiene el núcleo duro de los opositores, formado principalmente por jóvenes, universitarios de clase media y trabajadores simpatizantes de la Hermandad Musulmana, según recuento de la agencia internacional de noticias Reuters.

La batalla cuerpo a cuerpo ocurrida el miércoles en Tahrir y sus inmediaciones –entre simpatizantes del gobierno que irrumpieron en la plaza y los opositores– ha sido hasta ahora el mayor hecho violento durante la ola de protestas desatada el 25 de enero.

No hay ninguna excusa para atacar a los manifestantes pacíficos, dijo el primer ministro Ahmed Shafiq, quien pidió disculpas por lo ocurrido y argumentó que no fui conciente de la situación y no pude predecir los incidentes.

Poco después de esa declaración, los partidarios del régimen contratacaron a los opositores que nuevamente se defendieron con piedras y escudos improvisados con piezas planas de metal. La agresión con armas de fuego fue perpetrada cerca de las 14:30 horas, mientras cientos de personas se recobraban de los enfrentamientos del miércoles.

Tanques del ejército acudieron a la zona para hacer retroceder a los seguidores de Mubarak y lograron, al menos por ahora, mantenerlos alejados de la plaza. La frontera entre los dos bandos quedó constituida por el puente Gala, que atraviesa un brazo del Nilo y abre el acceso desde la orilla izquierda del río hasta la plaza Tahrir, en la ribera opuesta.

Simpatizantes de la gente que acampa en Tahrir les han abastecido de alimentos, pero la presencia de militares y el control del tránsito obligó a los donantes a lanzar la comida al río para que sea recibida del lado contrario.

Durante la jornada se realizaron nuevas manifestaciones en la ciudad de Alejandría y se reportaron ataques contra periodistas extranjeros, principalmente, incluso dentro de los hoteles donde se hospedan en El Cairo.

Por la mañana, el vicepresidente Omar Suleiman reiteró el llamado al diálogo entre opositores y representantes del gobierno, con una especial convocatoria para la Hermandad Musulmana, organización que entre 2005 y 2010 tuvo representación legislativa, pero fue ilegalizada recientemente.

Las declaraciones de Suleiman fueron divulgadas poco antes de que la televisión pública informara que, tras 10 días de movilizaciones populares, se inició el diálogo con representantes de pequeños partidos políticos.

A la cita no acudieron delegados de la llamada Coalición Nacional por el Cambio, agrupación formada a raíz de las protestas, que incluye a la Hermandad Musulmana, que este jueves afirmó en un comunicado que no acudirá a pláticas con el gobierno mientras Mubarak se mantenga en la presidencia.

Otro escollo para el diálogo fue la posibilidad de que Gamal Mubarak se presentara a las elecciones presidenciales de septiembre, pero Suleiman aseguró que no lo hará.

Mubarak, en entrevista con la televisora estadunidense ABC, reiteró que se mantendrá en el poder para respetar los procedimientos constitucionales, bajo los cuales se tienen previstas elecciones presidenciales en septiembre. Una eventual reforma sobre el cambio de poderes, precisó el mandatario egipcio, podría tardar semanas.

Estoy harto. Después de 62 años en el servicio público he tenido suficiente. Quiero irme, dijo Mubarak, quien precisó: Pero si yo renuncio hoy, habrá caos.

El gobernante reveló que durante una conversación telefónica con el presidente Barack Obama –al parecer el fin de semana, cuando el estadunidense le llamó para pedirle una transición ordenada–, le dijo: Usted no entiende la cultura egipcia y lo que podría pasar si yo renuncio ahora.

Sin embargo, según un despacho publicado la noche de este jueves en el sitio en Internet del diario The New York Times, la Casa Blanca comenzó a discutir con funcionarios egipcios la posibilidad de que Mubarak dimita inmediatamente y se active un plan para que el vicepresidente Suleiman, con apoyo del general Sami Enan, jefe de las fuerzas armadas, y el mariscal Mohamed Tantawi, ministro de Defensa, inicien un proceso de reforma constitucional.