Justicia electrónica
rancisco Alor Quezada es desde abril pasado procurador general de Justicia de Quintana Roo, entidad a la que arribó hace más de 20 años procedente de su natal Veracruz. Abogado de profesión, siempre dijo que su máxima aspiración era llegar al cargo que hoy ostenta. En lograrlo se topó con otros no menos importantes y jugosos, como presidente municipal de Cancún y titular de la Secretaría de Desarrollo Económico del estado.
El licenciado deseaba cerrar su encomienda en medio de elogios (la actual administración estatal concluye su tarea en abril próximo), y superando varias acusaciones de imparcialidad. Como desviar el brazo de la justicia en el caso de la cantante Ana Bárbara (señalada de arrollar con su camioneta a una anciana turista) y el del productor cinematográfico estadunidense Bruce Beresford acusado de asesinar a su esposa en Cancún.
Pero Alor Quezada se dejó llevar por la magia de los medios con motivo del caso Kalimba. Durante un mes, la televisión, los noticiarios radiofónicos, las revistas del corazón y algunos diarios de circulación nacional tuvieron como nota destacada al cantante, al que una joven de 17 años acusó de violarla. Fue responsabilidad de Alor recabar las pruebas y consignar el expediente ante un juez. Pero mientras trabajaba en ello, se dio vuelo declarando sobre la imparcialidad y el profesionalismo de la justicia en Quintana Roo.
En tanto, algunos medios se convirtieron en jueces y dictaron sentencia absolutoria. Nadie encarnó mejor la nueva justicia electrónica que el principal canal electrodoméstico (el 13), vía Niurka Marcos, la dama del buen decir, hacer y vestir. Su breve contraparte, fue Carlos Loret de Mola en su noticiario matutino del canal de las estrellas, al entrevistar cual fiscal del caso a Kalimba.
Se pensó que el asunto había terminado cuando un juez ordenó la libertad del cantante por falta de pruebas y el procurador se negó a inconformarse ante una instancia judicial superior, pues no tenía caso
. Mas, para su mala fortuna, los padres de la presunta agraviada elevaron una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que aceptó intervenir. Por orden superior, Alor reculó y solicitó que el Tribunal Superior de Justicia revise la sentencia absolutoria.
Mientras ese tribunal decide, digamos que Quintana Roo ocupa el tercer lugar nacional en explotación sexual infantil y el primero en suicidios; que 70 por ciento de las mujeres de la entidad sufren violencia física, sicológica o económica, y que el consumo del devastador crack iguala al de mariguana, especialmente entre los jóvenes de Cancún y Chetumal.
Cerremos por ahora el caso Kalimba con las palabras del cantante al dejar la cárcel: “Gracias por defenderme como si fuera su propia familia… amo mucho a la gente de Televisa”.