Una serie de insuficiencias e inconsistencias en torno de la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales 2010, aplicada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) para registrar los hábitos de consumo y uso de la infraestructura cultural, fueron comentadas en el primer foro organizado por el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu).

Coordinado por Eduardo Cruz, asesor de la rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, en el encuentro participaron más de 15 especialistas, quienes reconocieron la importancia de contar con ese registro cultural, pero llamaron la atención sobre la necesidad de analizar y contrastar de manera profunda los datos obtenidos en la encuesta de 2010, para sustentar una efectiva política pública cultural.

Otros señalamientos críticos son la deficiente sistematización de los datos, preguntas que como indicadores van en direcciones contrarias, la conceptualización de lo que el gobierno federal entiende como cultura y su relación con las políticas culturales que parecerían del siglo XIX, toda vez que la encuesta poco reconoce la piratería o las nuevas tecnologías que impactan en el consumo cultural.

Asimismo, se llamó la atención sobre el Atlas de infraestructura y patrimonio cultural 2010, que incorpora los datos de la encuesta de 2004 y no utilizó los de la de 2010 que el CNCA ordenó aplicar. Otra inconsistencia tiene que ver con la edad de los encuestados. La de 2004 toma como referente datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, mientras en la de 2010, del Instituto Federal Electoral, la cuestión es por qué tomar los distritos electorales como punto de aplicación de la encuesta.

Se mencionó también que muchas de las preguntas de la encuesta de 2010 son absurdas, pues lo cultural hoy día no sólo es artístico y patrimonial; además, encuestar sólo a mil personas en el Distrito Federal no es representativo de una entidad tan amplia.

En la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales 2010, se dijo, la metodología no está bien, los resultados son básicos y desgraciadamente para tomar decisiones (sobre política cultural) muestran un tanto distorsionada a la realidad.

Se manifestó que la encuesta no considera la cuestión de los derechos de autor y el conocimeinto tecnológico, por lo que propuso la creación de un observatorio público cultural.

El economista Ernesto Piedras aseveró que la encuesta sobre hábitos y consumo cultural “es información primaria, no son indicadores de la economía de la cultura. Son estadísticas susceptibles de interpretarse y correlacionarse. Una de las cuestiones es saber qué estamos midiendo. El CNCA ha encargado a Piedras y su equipo un análisis de los datos de la encuesta, cuyos resultados se darán a conocer a finales de marzo próximo.