La inquietud pesa en el América. Se percibe en la cancha, en los repentinos cambios de timón en el arranque del torneo, en la declaraciones de los directivos y jugadores. Ese desconcierto lo resumió ayer Jaime Ordiales antes de la conferencia, prevista con el técnico Carlos Reinoso, a la que finalmente no acudió.

La verdad es que el horno ahorita no está para bollos, soltó el directivo, y luego habló sobre la necesidad de que jugadores y cuerpo técnico estén concentrados en el compromiso de este sábado.

Vamos con el superlíder y la situación ya entró en una dinámica que no es conveniente para el partido que enfrentaremos, agregó.

Después Ángel Reyna habló sobre el clima que pesa en el club de Coapa, el cual se refleja en los pobres resultados en tres jornadas y que derivaron en el cese de Manuel Lapuente.

Su salida deja un sentimiento de culpa en el equipo. Reyna admitió que los jugadores están en deuda con Lapuente, “porque fuimos nosotros los que dejamos de hacer las cosas planeadas desde el arranque de la pretemporada.

Los únicos responsables somos nosotros, comentó, y agregó: Desafortunadamente el primero en salir fue el profesor Lapuente y no se lo merecía.

Reyna desperdició la oportunidad de anotar un gol en los últimos minutos ante Tigres en el estadio Azteca, donde las Águilas cayeron 2-1. El futbol es así, una pelota puede botar frente a la portería y le pegas horrible, o bien, y entra. Lo que ocurre no es culpa de los técnicos, sino nuestra, explicó.

La llegada de Carlos Reinoso puede servir de motivación especial para los jugadores, pues el entrenador chileno es uno de los máximos referentes en la institución amarilla, señaló.

“Que Reinoso sea el americanista número uno es un plus por todas las cosas que ganó para el club. Gran parte de los trofeos del equipo él los ganó”, dijo.

Además, abundó, puede inspirar a que se recuperen los valores de los colores americanistas, los cuales se perdieron con el paso del tiempo.

Adolfo Rosinei también está inquieto por la crisis en el América. Le desespera no poder jugar, pues aún se recupera de una lesión en la rodilla, y ante los magros resultados del equipo está ansioso por reintegrarse al trabajo con el resto de sus compañeros.