El juez cuarto de distrito en materias civil y de trabajo de Nuevo León, Francisco Eduardo Flores, negó a la empresa Vitro una solicitud de concurso mercantil que presentó en diciembre para restructurar su deuda, que asciende a 3 mil 400 millones de dólares.

La intención de Vitro era que en México se decretara el concurso mercantil, para posteriormente acogerse al artículo 15 de la ley de insolvencia de Estados Unidos, donde la compañía colocó bonos que vencen entre 2012 y 2013.

Si bien el principal tiene vencimiento en esos años, en febrero de 2009 Vitro incumplió con el pago de intereses de 44.9 millones de dólares, que expiraban ese mes, y que forman parte del reclamo de pago de los tenedores de los papeles.

El plan de la vidriera incluía la restructuración a descuento de mil 515 millones de dólares con acreedores externos, a través de la emisión de nuevos bonos por 850 millones que vencerían en 2019, obligaciones convertibles en acciones por 100 millones y efectivo por 75 millones de dólares.

Adicionalmente, hay mil 900 millones de dólares de deuda que tiene con sus subsidiarias, que se comprometió a extender por un plazo de ocho años y estaría subordinada al pago de los nuevos bonos.

El 3 de diciembre tres fondos gestionados por Aurelius Capital Management presentaron una demanda contra Vitro y subsidiarias en un tribunal de Nueva York por el incumplimiento del pago de los bonos originales, y obtuvieron una orden de embargo contra cualquier activo de la compañía.

Diez días después, los abogados de Vitro presentaron una solicitud de concurso mercantil preacordado; sin embargo, el juez Flores determinó desechar la solicitud, debido a que quienes firmaron el requerimiento no acreditaron el carácter de acreedores y, por lo tanto, están imposibilitados para representar cuando menos el 40 por ciento del total de los adeudos de la comerciante.

Hasta el 7 de diciembre Vitro sólo contaba con 32 por ciento del acuerdo de sus acreedores externos para el concurso, por lo cual incluyó en la petición a sus subsidiarias, lo que fue rechazado por el juez.

En su fallo definió que como Vitro ejerce el control económico, financiero y administrativo sobre las subsidiarias directa o indirectamente, para efectos de un concurso mercantil preconcertado no pueden sumarse los créditos intercompañías sólo para lograr el mínimo exigido por la ley. Explicó que el marco legal considera a la empresa controladora y a las controladas como un grupo de intereses económicos común representados por la primera.

Detalla: resultaría completamente contraria a la teleología de la legislación concursal conceder a la comerciante, que ejerce control sobre aquellas, un trámite especial a través de un convenio en el que figuran y sobresalen las sociedades controladas, que poseen 52 por ciento de sus adeudos.

Además, determinó que Vitro no tiene necesidad de solicitar una intervención judicial para restructurar los adeudos con sus subidiarias, por ser precisamente la compañía que las controla.

Señaló que Vitro ejerce por lo menos control sobre 51 por ciento de sus acciones, de donde resulta que todo tipo de decisiones en los ámbitos financiero, legal, corporativo, régimen, aumento o disminución de capital, socios, créditos, están sujetos a las determinaciones de quien ejerce ese control.