Martes 4 de enero de 2011, p. 31
Beebe, Arkansas. Cerca de la medianoche del jueves, durante el fin de año, miles de mirlos muertos cayeron sobre esta localidad de 4 mil 500 habitantes, a 50 kilómetros al noreste de Little Rock.
En medio de especulaciones sobre las causas de esta mortandad de aves, este lunes trabajadores del servicio de limpia terminaron de recoger cerca de 5 mil cuerpos de pájaros y algunas decenas de ejemplares fueron enviados a los laboratorios de la Comisión de Ganado y Aves y al Centro Nacional de Vida Silvestre para determinar las causas de este fenómeno.
Las autoridades locales adelantaron que la causa más probable
de la muerte de los mirlos, de la variedad conocida como alas rojas
, fue el pánico provocado por los fuegos artificiales que estallaron con motivo del fin de año e inicio del año nuevo.
A la hora de los estallidos, de los bosques conlindantes de la comunidad se levantaron bruscamente decenas de parvadas de estos pájaros que solamente suelen volar de día y no tienen buena visión nocturna.
A lo largo y ancho de una hectárea y media quedaron regados miles de cadáveres negros de estas aves, cuyo nombre científico es agelaius phoeniceus y es quizá el pájaro nativo más abundante de América del Norte, con una población estimada de 190 millones de individuos.
En principio se descarta que la súbita mortandad fuera provocada por alguna enfermedad aviar o envenenamiento del medio ambiente, lo mismo que por condiciones metereológicas. Días antes había granizado en la región, pero el mal tiempo ya había pasado para el día 31.
Nos inclinamos más por un evento de estrés
, dijo el portavoz de la comisión de Caza y Pesca de Arkansas, Keith Stephens, quien agregó que los fuegos artificiales podrían haber provocado que las aves volaran hacia las casas, donde se estrellaron, o sufrir ataques cardiacos. Los resultados de los análisis de laboratorio estarán listos dentro de una semana, según se informó.
Esta comisión también está intentando determinar cuál fue la causa de la muerte de hasta 100 mil peces en una franja del río Arkansas, cerca de una presa en Ozark, a unos 200 kilómetros al oeste de Beebe.
La mortandad de peces fue descubierta el 30 de diciembre, un día antes del asunto de los pájaros. A pesar de la coincidencia, Stephens aseguró que ambos acontecimientos no parecen estar relacionados
.