La batalla que viene
l país concentra su atención en la elección a gobernador del estado de México en julio de 2011. Pocas veces unos comicios locales habían despertado tantas expectativas. Se trata de un estado importante, con 20 millones de habitantes. Está parcialmente conurbado con la capital, recibe 140 mil millones de pesos de recursos fiscales. Tiene 45 distritos electorales locales y 40 federales. Su aportación en la elección presidencial es de 10 por ciento del total. El PRI y un pequeño grupo de políticos lo han tenido en un puño más de 80 años.
Pero lo significativo de esta batalla se debe a que el gobernador Enrique Peña Nieto luce como el candidato inevitable
del PRI que ya se autoproclama ganador en 2012. El PAN-gobierno muestra desesperación y procura una alianza con el PRD, aunque sea aberrante. La contienda ha dado un vuelco dramático: ha aparecido una coalición de partidos de izquierda impulsada por López Obrador, el líder opositor más importante. Decidido a retar a Peña Nieto en su territorio y a debilitar la alianza PAN-PRD. En una campaña tempranera en los 125 municipios ha atraído a más de 200 mil mexiquenses. Quizás el PRD abandone la idea de la alianza con el PAN por una candidatura de gran peso y de izquierda.
Peña Nieto tiene que elegir a un sucesor totalmente controlado y a la vez popular, quien tiene que ganar por amplio margen y en forma limpia. Si gana por escaso margen y con trampas, su imagen –construida con esmero durante tres años por la televisión– se craquelaría. Tiene muchos recursos. Planea una campaña de 900 millones con Televisa, a la que le ha transferido una inmensa fortuna para la precampaña. Se prepara para repartir mil millones de pesos a unas 900 mil familias pobres en un estado víctima del desempleo y en algunas regiones del hambre. Sus obras ostentosas no ocultan una mala gestión con empobrecimiento e inseguridad crecientes, pero cuenta con la maquinaria del PRI local y nacional, y ¡con Elba Esther Gordillo!
AMLO impulsará una buena candidatura y él mismo será jefe de campaña: pondrá su energía y carisma en juego. Quizás logre un bloque unificado de oposición. Lo más importante y novedoso: su organización tiene raigambre popular. Centenares de comités y de brigadas trabajan ya a ras de tierra. En el Edomex se enfrentarán dos formas de entender y hacer política y dos propuestas. AMLO ha aquilatado un programa de 10 puntos surgido de propuestas ciudadanas. Los asesores y padrinos de Peña Nieto no completan un proyecto, pero ya tienen multitud de amarres. Quizás la Presidencia no se decida en 2011, pero los principales adversarios mostrarán y medirán sus armas en el Edomex.