Moscú, 18 de diciembre. La policía volvió a impedir que se enfrentaran este sábado jóvenes ultranacionalistas rusos y norcaucásicos, pero todavía se mantiene en la capital de Rusia la tensión entre diferentes grupos étnicos.

Otra vez, esta misma semana, hubo detenciones preventivas. El saldo de este sábado es un total de al menos mil 300 jóvenes, de ambos bandos, tan sólo en Moscú y ciudades cercanas.

El despliegue policial comienza a alterar el ritmo normal de esta capital, cuyos sitios estratégicos son vigilados por unidades antidisturbios desde hace una semana, mientras crece la preocupación entre los habitantes.

En Moscú, un grupo de adolescentes que pretendía realizar un plantón frente a los estudios de televisión en Ostánkino en contra de los inmigrantes, fue desalojado con cierta violencia por los agentes de la policía.

La mayoría fueron llevados a comisarías de distrito, donde concentran a los detenidos en función del bando al que pertenecen.

Por la noche, se reportó que en Moscú hubo hoy 500 detenciones por alteración del orden. En Pushkino, Ramenskoye, Voskresensk, Chejov y otras ciudades de los alrededores de la capital pasarán la noche tras las rejas 808 personas que intentaron participar en acciones de protesta no autorizadas.

La policía, de nuevo, decomisó objetos que pueden ser usados como armas, sin hablar ya de cuchillos, puñales y algunas pistolas.

El riesgo de un nuevo estallido de violencia interétnica persiste desde el sábado anterior, cuando cerca de 5 mil ultranacionalistas se reunieron en la plaza Manezh, frente al Kremlin, para rendir homenaje a un compañero suyo que murió en una pelea con originarios del Cáucaso del Norte.

La reunión acabó en persecución de inmigrantes y provocó, en respuesta, un frustrado intento de venganza por grupos norcaucásicos, el miércoles pasado.