Al menos 141 internos de los fueros federal y común se evadieron del penal estatal número dos de Nuevo Laredo, Tamaulipas, por donde ingresan los vehículos de servicio, al parecer en colusión con personal de la prisión, informó José Antonio Garza García, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado.

El funcionario señaló que, con el propósito de deslindar responsabilidades, se puso a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) al personal de seguridad y justicia penitenciaria, incluido el director general de los Centros de Ejecución de Sentencias del Estado, Horacio Sepúlveda Acosta, quien además fue cesado.

El director del reclusorio de Nuevo Laredo, Efraín Hernández Llamas, con apenas dos meses en el cargo, está desaparecido y se desconoce si se fue con los evadidos, dijo Garza García.

Estamos trabajando en el conteo, pero hasta este momento lo confirmado es de 141 reos fugados, 83 de los cuales pertenecen al fuero común y 58 al federal, indicó en conferencia de prensa.

Confianza del gobernador

De acuerdo con Garza, los custodios se percataron de la fuga durante el pase de lista, a las 19 horas del jueves, pero obviamente que ya tenían tiempo de que se habían evadido, dijo.

Señaló no tener duda de que los evadidos contaron con ayuda interna, considerando que salieron por el área de servicio, sin que nadie los delatara. De lo que no tenemos duda es de que esto se trata de alta traición al gobernador Eugenio Hernández Flores, porque él les ha depositado toda su confianza [a directivos y custodios], por lo que no se vale que hagan eso.

Añadió que, tras constatarse la fuga, de inmediato se dio aviso a todas las corporaciones policiacas, incluidas las autoridades de Estados Unidos.

La Policía Federal asumió el control del oficialmente llamado Centro de Ejecución de Sentencias, mientras que elementos de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional, además de las policías Federal, ministerial del estado y municipal iniciaron la búsqueda en esa ciudad ciudad fronteriza con Laredo, Texas.

Incluso fue cerrado uno de los puentes internacionales de Nuevo Laredo. Las fuerzas federales están presentes en los 11 penales de Tamaulipas.

La vigilancia del reclusorio, construido en 2000 y con población de mil 200 internos, fue reforzada con elementos federales y estatales.

Se ha intensificado la vigilancia alrededor de la prisión, ubicada en el kilómetro 11.5 de la carretera nacional, en el libramiento a Monterrey, y en la entrada de Nuevo Laredo. En el reclusorio, un agente del Ministerio Público del estado y uno de la Federación recaban testimonios de internos y de algunos funcionarios, en calidad de presentados.

En el sexenio de Eugenio Hernández Flores, 343 reos se han fugado y los 141 del jueves representan más de 10 por ciento de la población total del penal de Nuevo Laredo.

Garza García destacó que el gobernador, de manera reiterada, ha pedido apoyo a las autoridades federales para que, de manera conjunta con las estatales, se resguarden dichos centros penitenciarios, donde se encuentran más de mil 700 reos del fuero federal vinculados a la delincuencia organizada y el estado no tiene la capacidad para impedir su fuga.

Además, dijo, el gobierno de Tamaulipas ha ofrecido varias veces a las autoridades federales uno de los centros penitenciarios para que allí se concentren los reos del fuero federal y que la vigilancia sea su responsabilidad absoluta, para que así se deslinde al gobierno estatal de un ámbito que no es de su competencia.

Nuevo Laredo es una de las plazas del narcotráfico bajo control de la banda de Los Zetas, grupo que en 2005 peleó por el lugar con el cártel de Sinaloa, con saldo de casi 800 muertos.

En esa lucha también cayeron civiles, periodistas, empresarios, ganaderos, comerciantes, políticos, funcionarios públicos, regidores y ciudadanos de origen estadunidense.