Diputados y senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) revisan las concesiones otorgadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la instalación de la planta regasificadora de gas natural licuado de la empresa Sempra Energy, en Ensenada, Baja California.

De acuerdo con un documento en poder de un grupo de legisladores del tricolor, la dependencia ha incurrido en una serie de irregularidades en beneficio de la empresa y contraviniendo las leyes en la materia.

Destaca el texto que la Semarnat autorizó a Sempra Energy, inicialmente de manera condicionada, el proyecto para la construcción de la regasificadora. Una de las condiciones fue que contara con una zona intermedia de amortiguamiento, por su proximidad con centros de población, y la creación de nuevos asentamientos en la zona, lo cual, según el documento, no ha sucedido.

Ya la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Senadores aprobó un punto de acuerdo para exigir a la Semarnat realizar una investigación. De comprobarse las irregularidades, será revocada la concesión otorgada a Sempra por conducto de su subsidiaria mexicana, Energía Costa Azul, SA.

Asimismo, advirtió que Sempra buscó establecerse en Baja California para evadir las leyes ecológicas y de seguridad mínima que le serían requeridas en Estados Unidos.

A dichos señalamientos se suman una serie de litigios de particulares contra la empresa por intento de despojo de tierras que colindan con sus instalaciones.

Eugenio Sánchez Ritchie denunció a Sempra por pretender apoderarse de un predio de su propiedad, mientras Roberto Michelon, contralor de la empresa de 2005 a 2010, denunció a su vez la posible compra de autoridades de Baja California para facilitar el despojo de tierras.

Por otra parte, organizaciones ambientalistas denunciaron que la compañía afectó la biodiversidad, particularmente de aves costeras, y de gran cantidad de especies de flora y fauna marinas.

Aseguran que vierten millones de litros de agua enfriada 8 grados centígrados por debajo de la del mar, además de salmueras y aguas residuales y contaminadas con cloro, biocidas y alguicidas que afectan reservas de la biosfera, así como áreas protegidas en las que habitan especies únicas, residentes y migratorias, como la ballena gris, el atún aleta azul, el delfín nariz de botella y varias especies de tortugas, hoy amenazadas por la operación de Sempra.