Lunes 13 de diciembre de 2010, p. 16
Unas 300 familias de Nuevo San Marcos y cinco poblaciones vecinas de Mazatlán y Concordia huyeron por temor a las bandas criminales que dominan la serranía sinaloense y siembran el terror. El reciente levantón del comerciante Darío Sánchez Román hizo ver que nadie está a salvo y dio inicio al éxodo que constató el saliente gobernador Jesús Aguilar Padilla, quien informó al Consejo Nacional de Seguridad para que actúe ante la creciente narcodelincuencia, dijeron líderes comunitarios. La misma crisis existe en Chihuahua, donde el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores dio a conocer que hay 12 mil viviendas abandonadas.