El concierto, a cargo de La Sinfonietta, celebró 100 años del nacimiento de ambos compositores
Reunimos música popular y culta, de dos hombres ejemplo de lucidez, indicó el director Luis J. Cortez
Hicieron algo extraordinario con la obra de mi padre, dijo la hija del autor de México lindo y querido
Lunes 13 de diciembre de 2010, p. a10
Morelia, 12 de diciembre. El sábado por la noche en el teatro Ocampo de esta ciudad la música popular de Jesús, Chucho, Monge (1910-1964) adquirió nueva dimensión, al ser interpretada con arreglos para orquesta sinfónica ejecutados por La Sinfonietta, bajo la batuta de Luis Jaime Cortez. En la celebración por el centenario del nacimiento del compositor michoacano tocaron ocho de sus temas.
Esa noche se realizó un homenaje doble. Con los temas Angelus y Tres cartas a México, se recordó a Miguel Bernal (1910-1956), otro de los músicos michoacanos de estirpe que nacieron hace 100 años.
En la introducción, Cortez mencionó: “Los dos son hombres alentadores, ejemplos de lucidez. Miguel Bernal es uno de los representantes centrales del nacionalismo mexicano, por lo que es imposible dejar de mencionar su importancia en el panorama de la música del país.
“El caso de Chucho Monge, es un equivalente en la música popular. Lo novedoso del proyecto de reunirlos en un solo concierto parecía incompatible: uno popular y el otro de la llamada música culta. Pero creemos que ambos son buenos y por eso nos dedicamos a rescatar a los dos”.
Al homenaje a Chucho Monge y Miguel Bernal acudieron unas 500 personas de todos los estratos sociales, quienes desafiaron el ambiente de zozobra, después de los hechos de violencia del miércoles y jueves pasados que afectaron algunos pueblos y a la capital de Michoacán. Uno fue el albañil y pintor Ezequiel Osorio, quien asistió acompañado de sus dos hijas, Dinora y Esperanza. Mencionó: “Me invitaron al concierto y pues quise escuchar al autor de México lindo y querido.
Asistí con mis hijas porque en todos lados se habla de los coches quemados y de las balaceras, pero creo que venir a escuchar música es bonito para que ellas valoren otras cosas; además es un asunto familiar y hay que apoyarlas
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Otro de los asistentes fue René Cardona, quien afirmó: “Estuvo formidable, hubo varias canciones de Chucho Monge que no conocía y hay que agradecer estos esfuerzos para reforzar nuestra identidad. Vienen a levantar el espíritu, porque el crimen organizado nos está pegando muy fuerte. Esto nos fortalece”.
Participación de solistas
Después de los temas de Miguel Bernal, que fueron acogidos con buen ánimo por el público, siguieron los ocho temas de Chucho Monge, para la interpretación vocal. Además de los integrantes de La Sinfonietta, estuvieron los solistas Lesbia Domínguez, Mónica Loza, Salvador Ginori y Arturo Hernández, quienes en distintos momentos, en duetos y como solistas entonaron Te vi llorar, Ya semos dos, Dolor, Cuando canta mi guitarra, Creí, Si regresas, Aprendí a llorar y Alma, que dieron cobijo a los 500 espíritus que acudieron, a pesar de la violencia.
En su discurso, Jaime Hernández Díaz, secretario de Cultura de la entidad, en representación del gobernador Leonel Godoy, dijo: Para el gobierno de Michoacán no podía pasar desapercibido el centenario de estos dos estupendos músicos
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Por su parte, Sandra Monge, hija del compositor de La feria de las flores, expresó: “Me gustó mucho; creo que fue muy emotivo, me arrancó lágrimas, porque fue algo extraordinario lo que hicieron con la obra de mi padre… aunque preparamos otro homenaje para el primer semestre de 2011, que podríamos hacer en el auditorio de la Sociedad de Autores y Compositores de México”.
Por último, Luis Jaime Cortez comentó que este homenaje es parte de la labor de rescate de Chucho Monge, porque me di cuenta de que no existe música escrita de él, lo que me sorprendió muchísimo, porque es un músico bien acreditado en todos los sentidos. Tratar de rescatar las partituras de su obra se convirtió en un proyecto de investigación musical más amplio, que implicó ponerla en papel, y así lo vamos hacer con toda su obra
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Al final, a pesar de este emotivo homenaje a Monge, el sentir general fue que faltaba el gran homenaje popular a este compositor con sus herederos espirituales, como Juan Gabriel, Armando Manzanero, Marco Antonio Solís El Buki o Joan Sebastian.