Washington, 28 de noviembre. Los diplomáticos son conocidos por lo políticamente correcto de sus declaraciones públicas, pero documentos secretos estadunidenses filtrados por Wikileaks este domingo revelan que los funcionarios de Washington opinan sin piedad a puertas cerradas.

Los centenares de miles de cables secretos divulgados por Wikileaks a varios diarios del mundo (The New York Times, Le Monde, The Guardian, Der Spiegel y El País) revelan descripciones de líderes que son poco amistosas, entre las cuales destacan las siguientes:

– General panameño Manuel Antonio Noriega. Unos días antes de la invasión estadunidense de diciembre de 1989, señala que sólo un golpe de Estado podría acabar con el poder de Noriega –quien no da señales de irse voluntariamente– y que la temporada vacacional navideña dejaría muchas embajadas sin diplomáticos y agregados militares, por ejemplo, México.

– Presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Un subsecretario estadunidense, Philip Gordon, registró una conversación con Jean-David Levitte, consejero diplomático del presidente francés Nicolas Sarkozy, en la cual afirmó que Chávez está loco. Dijo además que Brasil ya no puede apoyar al venezolano y que desgraciadamente, el mandatario tomó uno de los países más ricos de América Latina y lo está convirtiendo en otro Zimbabue. La diplomacia de Washington ha buscado aislar al venezolano en la región.

– Presidenta de Argentina, Cristina Kirchner. El Departamento de Estado en Washington pidió a la embajada en Buenos Aires información sobre el estado de salud mental de la presidenta.

– Presidente francés, Nicolas Sarkozy. La embajada de Estados Unidos en París opina que es susceptible y autoritario.

– Primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi. Un diplomático lo describe como irresponsable, vano y poco efectivo como líder europeo moderno. Otro cable lo describe como débil física y políticamente, que no descansa en forma apropiada a causa de sus fiestas hasta bien entrada la madrugada.

– Presidente afgano, Hamid Karzai. Es extremadamente débil y capaz de creer en teorías conspirativas, según uno de los memorandos.

– Líder libio Muamar Kadafi. Es casi obsesivamente dependiente de un pequeño núcleo de funcionarios de confianza y aparentemente no puede viajar si no lo hace acompañado de una voluptuosa enfermera ucraniana. Se cree que Kadafi tiene miedo a volar sobre el agua y a pernoctar en los pisos altos de edificios.

– Presidente ruso, Dimitri Medvediev. Pese a ser oficialmente el jefe de Estado y estar por encima del primer ministro, Vladimir Putin, la embajada de Estados Unidos en Moscú afirma que Medvediev la hace de Robin del Batman Putin.

– Canciller federal alemana, Angela Merkel. Es contraria a correr riesgos y rara vez creativa. Su ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, es de personalidad exuberante, pero tiene poco conocimiento de la política exterior.

– Presidente iraní Mahmud Ajmadineyad. Es como el dictador alemán Adolf Hitler.

– Secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Washington solicitó a sus embajadas información detallada sobre sus movimientos bancarios y su información biométrica.

– Diplomáticos extranjeros en Washington. Una circular fechada bajo la administración de la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, solicitó datos biométricos de diplomáticos acreditados en la capital estadunidense, así como información sobre sus tarjetas de crédito y sus viajes aéreos.

– Sin una referencia específica al presidente chino Hu Jintao, los memorandos señalan que en la lucha por el poder en Asia se da por hecho el predominio de China.