Madrid, 25 de noviembre. El embajador de México en España, el panista Jorge Zermeño Infante, reconoció que en su país prevalece la impunidad en los casos de los periodistas asesinados, pero responsabilizó de esa situación al Ministerio Público local y al gobierno del estado de Chihuahua.

El diplomático protagonizó el pasado martes una polémica al abandonar indignado y molesto la entrega de los premios de periodismo del diario español El Mundo, tras escuchar las denuncias de las comunicadoras mexicanas Luz Sosa y Sandra Rodríguez, de El Diario de Ciudad Juárez, quienes explicaron la situación en que tienen que trabajar, sin garantías de seguridad y en un clima de amenaza e impunidad. Además, el director del rotativo español señaló a México como la nación más peligrosa para ejercer el periodismo, por delante de Irak, lo que desató la indignación del diplomático.

Tras recibir un reconocimiento de la Asociación Nacional de Locutores de México, Zermeño explicó las causas de su malestar.

–¿Por qué abandonó la ceremonia de entrega de los premios del periódico El Mundo?

–En primer lugar, felicité a las dos periodistas mexicanas. Me parece encomiable que se haya reconocido su trabajo profesional en una ciudad que tiene condiciones especiales de riesgo para el trabajo de todos, y de manera especial para los periodistas. Las felicité, pero también me pareció una exageración calificar a México como el país más peligroso del mundo... Que estemos viviendo un momento peligroso y difícil en algunas ciudades por la delincuencia organizada es una situación que debe analizarse de manera diferente. No acepto que se diga que México es más peligroso que Irak.

Las felicité y les dije que no me quedaba a cenar porque simplemente no acepto esto. También le comenté (a Luz Sosa) que si gustaban ir a mi oficina a platicar lo hacíamos, y ella sí me llegó a decir al final que la culpa de esto la tiene el presidente Calderón. Le respondí que respeto su opinión, pero no la comparto. Y eso fue todo.

–En su discurso, las periodistas hicieron énfasis en la impunidad que prevalece en los asesinatos de sus compañeros, y al parecer eso también le molestó, ¿verdad?

–No es cierto. En toda mi plática sólo las felicité por su labor y por el premio que recibieron.

–Entonces, ¿por qué cree que se sintieron agraviadas por usted?

–No quiero entrar en polémica. Reconozco el premio a dos profesionales que reciben un reconocimiento a su trabajo, lo que no comparto es que se diga que México es el país más peligroso del mundo. También hay que señalar que cuando se da un premio que está hablando de la libertad de prensa frente al poder, no se puede decir que en México la prensa está enfrentada al poder. Estará amenazada por el hampa, por los delincuentes, pero el poder no está censurando ni limitando la libertad de expresión en el país.

Lo que sí dijo, no ellas, sino el venezolano que recibió un reconocimiento, fue que ellos se sentían muy perseguidos en Venezuela, pero que afortunadamente no estaban tan mal como en México. Y eso también me molestó.

–El principal reclamo de las comunicadoras mexicanas es que en su país no se garantiza el ejercicio del periodismo con libertad, porque trabajan bajo amenazas y que prevalece la impunidad en los casos de los periodistas asesinados... Y eso es así, ¿no le parece?

–Es cierto. Hay mucha impunidad. Pero, ¿a quién nos referimos, al presidente Calderón o al Ministerio Público? En el estado de Chihuahua, para los delitos que son del fuero común existe un Ministerio Público y un Poder Judicial local que ha fallado, y así se ha reconocido, porque ahí no tiene nada que ver la Federación.

Pero que quede claro que yo felicité a las periodistas mexicanas por haber recibido un reconocimiento a su labor profesional. Vivimos en un país de libertades, y las libertades se ejercen. Que hay lugares peligrosos donde las cosas se han puesto difíciles.

–¿Entonces, a usted sólo le molestó lo que señaló el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez?

–Sí, y dijo que lo había dicho no sé qué asociación...

–La asociación Reporteros sin Fronteras, en su informe anual.

–Pues no sé de dónde sacan esa afirmación...

–Son datos estadísticos y con base en esos informes elaboran sus conclusiones.

–Yo no admito eso. México no es el país más peligroso para ejercer el periodismo. Acuérdese que hay lugares más difíciles.

–¿Cuáles, por ejemplo?

–Pues no lo sé. Pero México no es el país más peligroso del mundo.

–El informe lo único que hace es registrar los ataques y homicidios a comunicadores en el mundo, y con base en eso se dice México es el más peligroso, al menos según esta organización...

–Habría que llegar a deslindar por qué han muerto y, por supuesto, la labor que deben hacer las autoridades competentes es para conocer las causas.

–Entonces, ¿usted entiende la percepción de preocupación en la comunidad internacional ante el caudal de asesinatos de periodistas en México, que apunta a que algo falla en el país?

–Sí, pero te digo que hay más homicidios en otras naciones latinoamericanas, como Brasil o Colombia, pero eso no se dice.

–También la ONU y la OEA han expresado su preocupación por esta situación, sobre todo porque sólo en los últimos cuatro años han sido asesinados 55 periodistas; cifra preocupante.

–Es lamentable. Y me solidarizo con eso, y yo también exigiría el esclarecimiento de esas muertes. O sea, no tiene razón de ser, si sean periodistas o no, lo que sean, nadie puede estar en favor de que estén matando personas.