Los obispos emitieron mensajes luego de que concluyera la semana pasada la 90 asamblea plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano. En algunos refieren que la reunión acordó dinamizar la misión continental para que en el entorno de inseguridad y pobreza la Iglesia católica colabore en contrarrestar la cosificación del ser humano y la falta de aspiraciones humanizadoras.

Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Acapulco, resaltó que en dicha asamblea los obispos hemos profundizado en la necesidad de que el evangelio incida en la nueva cultura, caracterizada por la reducción del ser humano a objeto de consumo y la ausencia de aspiraciones humanizadoras y trascendentes.

Asimismo, expresó su preocupación por el ataque a las instalaciones del diario El Sur, hecho reprobable que añade más leña al fuego en el contexto de violencia impuesto en nuestra ciudad y se pronunció por una investigación a fondo que identifique a los responsables.

Enrique Sánchez Martínez, obispo auxiliar de Durango, precisó que los desafíos de la realidad actual nos urgen a dar una respuesta como pastores y precisó que conforme a lo acordado hace algunos años en Aparecida, Brasil, se debe pasar a la pastoral misionera.

Rogelio Cabrera López, arzobispo de Tuxtla, en vísperas de la conmemoración del centenario de la Revolución Mexicana señaló que es un acontecimiento del que vale la pena reflexionar en sus frutos.

José Luis Chávez Botello, obispo de Antequera, apuntó que para los ciudadanos no hay otro camino que no sea unirnos por la no violencia, por la reconciliación y la integración de Oaxaca.

Resaltó que tenemos que aprender de los errores y de los males que nos dañan; estas situaciones deshumanizantes y los conflictos sociales son síntomas de vacíos y de necesidades fundamentales no atendidas que exigen acciones de emergencia.