Morelia, Mich., 7 de noviembre. El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, ofició esta mañana una misa de cuerpo presente para las 18 víctimas de un levantón –el 30 de septiembre pasado en Acapulco, Guerrero– ultimadas y sepultadas en una fosa clandestina e identificadas por sus familiares hace apenas dos días.

El prelado exhortó a los tres órdenes de gobierno a reaccionar y cambiar de rumbo ante un México destrozado, dividido por las ambiciones, el crimen y la inconsciencia de hombres perversos y malvados.

Ante más de mil 500 parroquianos y familiares de las víctimas, Suárez Inda dijo que urge un cambio total de jerarquía de valores, en el que se dé mayor importancia a la vida y la justicia, por encima de las ambiciones y el dinero.

Se requiere de una labor intensa desde las escuelas, la familia y la iglesia, porque esto que estamos viendo es resultado de años de descuido; es un signo de fracaso en todos los aspectos de la política y la educación; no ha surgido espontáneamente, es fruto de años en los que se ha venido destruyendo el tejido social, ante la pérdida de valores, como si Dios no existiera.

Pidió a las autoridades federales y estatales seguir investigando el caso, para castigar a los responsables de las muertes de Eugenio Calderón Melgarejo, Antonio Ortiz Chávez, Octaviano Ortiz Chávez, Eleuterio Servín Cortés, Efraín Cortes Rangel, Héctor Calderón Pintor, Rigoberto Ortiz Chávez y Víctor Manuel Corona Mora.

Asimsimo, Juan Pablo Calderón Ortiz, Eduardo Ortiz Chávez, Pedro Calcino Arévalo, Juan Serrano Ortiz, Celso Rafael Zambrano Ramos, Fernando Antonio Ortiz, Sergio Zambrano Ramos, Alejandro Zambrano Ramos, Jonathan Sánchez García y Felipe Arriola Godínez, la mayoría de ellos mecánicos.

Las autoridades, subrayó, ante estos acontecimientos dolorosos necesitan trabajar unidas, con mayor inteligencia y firmeza, para que esto no sea el anticipo del infierno, ya que se hace insoportable cuando no hay ley o gobierno capaz de poner orden.

Pidió a los gobiernos federal y de Guerrero continuar la búsqueda de Juan Jesús Ortiz Chávez y Javier N., aún desparecidos. Esta tarde los restos de los 18 michoacanos serán sepultados en los panteones de Morelia, Tarímbaro, Puruándiro y Tzitzio.

Toda la población michoacana, afirmó, se encuentra conmovida por las acciones sangrientas y de violencia que cotidianamente se registran en el país. Invitó a los feligreses a orar para que la muerte de las víctimas sirva de semilla que fructifique hacia un México diferente, fraterno, justo, libre. “Pedimos a nuestros representantes, a nuestras autoridades, que todos se unan para que pronto haya más justicia y se ponga un alto a esta infame ola de violencia.

Estos hermanos nuestros, hombres honestos, inocentes, han sido llevados injustamente al tormento. Que Dios nos libre de los hombres perversos y malvados que nos acosan. Quien mata, asesina y destruye la vida de un hermano está negando su fe. Manifestamos nuestra indignación, rebeldía interior ante esta situación que jamás debió darse, que no debe repetirse.

A los familiares, que son los que más sufren esta tragedia, concluyó el arzobispo, para ellos nuestro cariño y solidaridad, y le pedimos a Dios que los conforte. Cuentan con nuestro respeto y con nuestro apoyo.