Senadores de PRI, PAN y PRD consideraron ayer que en caso de despenalizarse el consumo de la mariguana en California, México está obligado a replantear la llamada guerra contra el narcotráfico y a estudiar seriamente lo que sucederá en el mercado de las drogas a corto y mediano plazos. Confiaron los legisladores en que finalmente la legalización de esa droga no se apruebe en ese estado del país vecino.

Por su parte, organizaciones civiles señalaron que el hecho de que en California se permitiera el consumo de mariguana obligaría a un replanteamiento a escala mundial de las políticas que se han seguido para combatirla.

Edgar Cortez, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos (IMDH), dijo que hay una corriente, sobre todo de países europeos, que impulsa la liberación de esa droga para consumo.

A su vez, Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh), manifestó que esa legalización no garantiza que se acabará la violencia, pero obligará a México a replantear su política de seguridad.

En ese contexto, el senador priísta Fernando Castro Trenti dijo que la eventual despenalización de la cannabis en California, ya no con fines terapéuticos, sino de posesión y producción en pequeña escala para consumo personal, obligaría a México a redefinir sus políticas de lucha contra el crimen organizado, además de que se convertiría en un asunto de seguridad nacional para el país.

Detalló que sería un tema de seguridad nacional porque se modificarían las condiciones objetivas del mercado generando una mayor oferta en California, lo que obligaría a los narcotraficantes a emigrar a México y a otros estados del país vecino que mantengan la prohibición al consumo de esa droga.

Advirtió el senador que ese fenómeno, propio de la oferta y la demanda, derivaría en un incremento en la violencia y la guerra por territorios en México, principalmente en estados fronterizos como Baja California, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas.

“El país no puede quedarse cruzado de brazos ante la amenaza que representaría la legalización de la mariguana, sobre todo porque un número mayor de jóvenes quedarían expuestos a ser reclutados por los cárteles del narcotráfico y al consumo de drogas, al convertirse el país en un mercado más atractivo para los distribuidores”, dijo.

Guillermo Tamborrel, senador del PAN, dijo por su parte: Espero que no se apruebe la legalización de la mariguana (en California), pero en caso de que gane esa propuesta, el presidente Barack Obama debe impugnarla en la Corte, pero este hecho obliga al gobierno de México a replantear la estrategia en materia de seguridad.

En el estado de California, lo único que están viendo son los miles de millones de dólares que podrían recaudarse, y por ello pugnan no sólo que se legalice su consumo, sino que se permita su siembra como cualquier otro cultivo, señaló.

A su vez, el perredista Graco Ramírez manifestó que “es lamentable que estemos sujetos a la doble moral de Estados Unidos ante esta decisión. Independientemente de cuál sea el resultado, es decir, si se legaliza o no el uso de esa droga, México debe replantear su estrategia de combate al crimen organizado, atender el consumo como problema de salud y dejar de hacer el trabajo sucio a Estados Unidos.

Sin duda que, dependiendo de lo que se decida en California, eso sería un elemento fundamental para revisar y replantear la política antidrogas de México, concluyó Graco Ramírez.