Martes 2 de noviembre de 2010, p. 39
Ciudad del Vaticano, 1° de noviembre. El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, pidió a un grupo de víctimas de abusos sexuales considerar a la Iglesia católica como aliada en la lucha contra la pederastia, y defendió las acciones del Papa contra ese flagelo.
Lombardi entregó una carta a los fundadores del grupo Voz de los sobrevivientes y a los organizadores de la primera manifestación contra la pedofilia clerical en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro, a quienes recibió la víspera tras el mitin.
En el texto, el sacerdote afirmó que el problema de los abusos sexuales, sobre todo contra los menores, pero también de un modo más amplio, es uno de los grandes flagelos del mundo actual.
Reconoció que este problema toca a la Iglesia, pero aclaró que lo ocurrido en la institución católica es sólo una pequeña parte
de lo que ha pasado y sigue pasando en el mundo.
La Iglesia primero debe liberarse de este mal y dar un buen ejemplo en la lucha contra los abusos dentro de su medio, pero después debemos luchar todos contra este flagelo, sabiendo que es inmenso en el mundo
, aseguró.
“(Porque se trata de) un fenómeno –agregó– que aumenta cuando permanece oculto y muchos están felices de que toda la atención sea focalizada sobre la Iglesia y no sobre ellos, ya que esto les permite continuar tranquilos.”
Insistió en que la lucha contra la pederastia debe ser combatida conjuntamente, víctimas y eclesiásticos, uniendo sus fuerzas contra la extensión de ese flagelo, que usa nuevos medios y modos de extender su mano, ayudado en esto por Internet y las nuevas formas de comunicación.
De acuerdo con Lombardi lo aprendido por las instituciones de la Iglesia católica en los años pasados a raíz de la crisis por la pederastia, así como sus iniciativas de purificación para ser un modelo de seguridad para los jóvenes, deben servir de ayuda para todos.
Les invito a mirar a la Iglesia como un aliado en la búsqueda de los objetivos más nobles de sus esfuerzos
, ponderó.
La carta fue entregada a Bernie McDaid, de 54 años, y Gary Bergeron, de 47, dos estadunidenses que de niños fueron víctimas de abusos sexuales por parte de un clérigo y quienes el domingo por la noche convocaron en Roma a unas 80 personas para un mitin al que llamaron Día de la reforma.