Martes 2 de noviembre de 2010, p. 25
Los principales analistas del sector privado se mostraron más optimistas sobre el avance de la economía mexicana en 2010 y modificaron en dos décimas de punto sus expectativas de crecimiento del PIB, para ubicarlo en 4.8 por ciento, desde 4.6. Este nuevo cálculo se ubica a la par de la estimación proyectada por la Secretaría de Hacienda y calculada con base en los resultados de los principales indicadores de producción, exportaciones, demanda interna y empleo, reportó el Banco de México.
Hacia 2011 los analistas privados se mostraron más cautos, al proyectar una tasa de crecimiento de 3.5 por ciento, frente a la de 3.8 del marco macroeconómico gubernamental.
“Con respecto a los pronósticos relativos a la actividad económica del país, los analistas entrevistados consideran que para el tercer y cuarto trimestres del año en curso se presenten variaciones a tasa anual del PIB real de 4.43 y 3.02 por ciento, respectivamente, y que en todo el año este agregado aumente en 4.75 por ciento (4.62 por ciento hace un mes).
Por su parte se calcula que el PIB muestre un crecimiento de 3.52 por ciento para 2011 (3.50 por ciento esperado en la encuesta previa). Para 2012 se estima que el PIB registre un crecimiento de 4.06 por ciento (4 por ciento en la encuesta precedente)
, puntualiza el reporte del Banco de México.
En la encuesta mensual sobre las expectativas de los especialistas del sector privado que realiza cada mes el banco central entre los 31 principales consultores y firmas económicas del país, divulgada este lunes, el consenso en la consulta también mejoró el cálculo de la inflación, para ubicarla en 4.30 por ciento durante 2010, desde su anterior apreciación de 4.33 por ciento.
Resalta, sin embargo, que el tema de la inseguridad pasó a ocupar el tercer lugar de los cinco factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica en los próximos meses. Hace un año los problemas de inseguridad pública se ubicaron en la séptima posición, pero en la encuesta de octubre los problemas relacionados con la delincuencia y la inseguridad fueron sólo superados por el temor a la debilidad de los mercados externos y de la economía mundial, así como la falta de avances en medidas pendientes de cambio estructural.