Roma, 30 de octubre. Con una muerte que podría haber sido sacada de su novela Una vida violenta (1959), el director italiano Pier Paolo Pasolini fue asesinado el 2 de noviembre de 1975 en la playa de Ostia, puerto cercano a Roma, sin que aún hoy se sepa exactamente quiénes lo ultimaron.

El poeta, cineasta, escritor, publicista y pensador heterodoxo Pasolini se dirigió aquella noche con su Alfa Romeo Giuletta 2000 al malecón de la playa de Ostia. Junto a él viajaba Giuseppe Pelosi, joven de 17 años al que había pagado por sexo y al que apodaban Pino la Rana.

A la mañana siguiente, el cuerpo del escritor de 53 años fue encontrado con signos de haber sido apaleado, mutilado y atropellado varias veces. Lo ocurrido aquella noche, sin embargo, sigue sin ser aclarado por completo.

El joven Pelosi fue condenado en 1979, en última instancia, a nueve años y siete meses de prisión. Pino la Rana reconoció haber matado al poeta, pero alegó legítima defensa. Según su versión, Pasolini lo recogió en el centro de Roma y en el automóvil comenzaron a discutir porque el escritor quería tener sexo y aquél se negaba. El caso se cerró.

El arte y la vida del poeta eran muy difíciles de digerir para la sociedad italiana de los años 60 y 70. Sus historias siempre se sitúan en un mundo que la sociedad burguesa prefiere obviar: el de las prostitutas, los proxenetas y los timadores de las barriadas de Roma.

Sus novelas Muchachos de la vida y Una vida violenta, que tratan ese mundo del lumpemproletariado, despertaron revuelo y escándalo.

La película Accatone (1961), sobre la juventud en un suburbio de la capital italiana, fue uno de sus primeros éxitos cinematográficos, seguido por Mamma Roma de 1962, con la actriz Anna Magnani.

Una de las frases era: Viva la pobreza, viva la lucha comunista por las cosas necesarias de la vida. Afirmaciones como ésta y su homosexualidad provocaron su expulsión temprana del Partido Comunista.

En 2005 Pelosi volvió a entrar en escena después de haber cumplido condena y soprendió: Pasolini no fue asesinado por él, sino por otros hombres que lo apalearon, contó en una entrevista con el canal de televisión Rai.

El joven fue el cebo de una emboscada a Pasolini preparada con tiempo: Yo no estaba solo. Según aquél, tres hombres lo acompañaban en el momento de la agresión, gritando sucio comunista mientras lo mataban.

Pero a pesar de la entrevista, las actas del caso siguen sin ser publicadas. A la luz de ese testimonio de Pelosi, la fiscalía de Roma tendría que analizar con otros ojos un testimonio que un amigo de Pasolini y actor de la película Accatone recogió entonces de uno de los vecinos de la zona, Sergio Citti, quien habría expuesto una versión parecida a la de Pelosi.

Citti, por miedo a represalias, no acudió entonces a la policía para declarar, por lo que próximamente deberá decidirse si se abren nuevas diligencias.

Aunque 35 años después no se pueda ir contra nadie, por lo menos se haría justicia sobre la muerte del controvertido poeta.