Domingo 31 de octubre de 2010, p. a35
Tegucigalpa, 30 de octubre. Un simple partido de futbol de aficionados en Honduras, de los miles que se juegan los fines de semana en este país, se tranformó en una tragedia cuando criminales asesinaron a 14 personas en una cancha.
Los sicarios llegaron encapuchados en dos autos y tras desenfundar sus fusiles AK-47 comenzaron a disparar contra jugadores, árbitros y aficionados. Previamente seleccionaron a algunos aficionados, a quienes les hicieron subir las camisas para constatar si tenían tatuajes.
Según el reporte de canal 6, de San Pedro Sula, los tres árbitros y dos jugadores fueron ultimados, mientras los restantes muertos eran aficionados.
El viceministro de Seguridad, Armando Calidonio, dijo que se trata de un ajuste de cuentas
entre bandas, al dar una versión sobre el motivo de la masacre.
De las víctimas, 10 murieron de inmediato en el campo y cuatro fallecieron en las ambulancias camino al hospital.
La masacre fue en la colonia Felipe Zelaya, del sector Rivera Hernández de San Pedro Sula, una zona considerada peligrosa por las autoridades.
La masacre de hoy es la segunda que ocurre en San Pedro Sula y en Honduras en menos de dos meses, ya que el pasado 7 de septiembre fueron asesinadas 17 personas que trabajaban en un taller de zapatería.