Dos de las víctimas eran niños; otras 10 personas resultaron heridas, informa la policía
Por lo menos 15 casas resultaron dañadas por la conflagración, en la colonia Ampliación Ramos Millán
El inmueble albergaba un taller ilegal de pirotecnia, señalan autoridades
Domingo 31 de octubre de 2010, p. 29
Cinco personas muertas y 10 lesionadas fue el saldo de una explosión ocurrida en una vivienda marcada con el número 1524 de la calle Sur 157, en la colonia Ampliación Gabriel Ramos Millán, delegación Iztacalco, que era utilizada para la producción ilegal de pirotecnia.
La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) informó que los hechos ocurrieron alrededor de las 18 horas, cuando una fuerte detonación sembró pánico entre los vecinos, ya que afectó al menos 15 viviendas que resultaron con cristales rotos y daños en la herrería; también causó daños al mismo número de vehículos que se encontraban estacionados en dicha calle.
En la casa murieron cinco personas, dos de ellos menores de edad de 8 y 13 años. Los cuerpos de las víctimas quedaron despedazados por el efecto de la explosión. En las azoteas de casas aledañas se localizaron restos humanos.
Los heridos fueron trasladados a diversos hospitales, como el Rubén Leñero e Infantil de Tacubaya. Entre los lesionados está un niño de tres años de edad, quien fue llevado por un helicóptero Cóndor a uno de los nocosomios.
Acudieron elementos de la SSP-DF, la Procuraduría General de Justicia local, Protección Civil, y bomberos quienes acordonaron la zona, mientras peritos realizaban labores de levantamiento de los restos, así como la revisión del lugar siniestrado.
También llegaron elementos del Ejército mexicano, quienes realizarán su propia investigación, puesto que son la única autoridad que puede autorizar el uso de pólvora, informó el jefe delegación de Iztacalco, Francisco Sánchez Cervantes.
Según las primeras investigaciones, el inmueble donde ocurrió la explosión era utilizado para la manufactura clandestina de pirotecnia, así como otra vivienda contigua donde se localizó pólvora blanca, además de diversos artefactos como los llamados toritos y brujas.
Policías de investigación señalaron que en la vivienda de tres niveles, que quedó totalmente destruida, sólo la planta baja era utilizada como taller, la cual había sido rentada para tal efecto.
Los propietarios del inmueble fueron detenidos. Fueron identificados como Enrique Espinoza Villareal, de 47 años de edad, quien al parecer es el dueño de la casa, así como Sergio Villaflores, de 49 años, quienes fueron remitidos ante el titular de la agencia decimoctava del Ministerio Público para deslindar responsabilidades.
En un primer interrogatorio, los detenidos señalaron que el encargado de manipular el explosivo era Juan Antonio Escutia Herrera. Los implicados señalaron que en el domicilio se encontraban también dos menores y dos adultos más.
Las primeras investigaciones de la PGJDF señalan que en esa calle existen por lo menos tres puntos de manufactura y venta clandestina de pirotecnia, aunque, según dijeron, no se tienen denuncias en ese sentido.
El titular de la SSP-DF, Manuel Mondragón y Kalb, quien acudió al lugar de los hechos para encabezar las labores de rescate, manifestó que según las versiones de los vecinos, la familia que se dedicaba a esta actividad había sido identificada con los apellidos Zamba Gutiérrez, la cual desde hace varios años se dedica a estas labores.
Fuentes de la PGJDF señalaron que esta familia era conocida como los Chóforos, y se presume que podrían estar relacionados con una mujer de apellido Zurita, que presumiblemente controla esta actividad ilícita en la zona, y quien fuera detenida a principios de septiembre pasado durante un decomiso de más de 600 kilogramos de pirotecnia, realizada en la cercana colonia 2 de Octubre.
Hasta el cierre de este edición no habían concluido los peritajes de la zona siniestrada debido que la tarea se suspendió para continuarla hoy, con la luz del día.
Para garantizar la seguridad de los vecinos, fueron desalojados de sus viviendas, y sólo se dejó a una persona para resguardar pertenencias, además de que la zona continúa resguardada.