Que lleguen con bien– y sigue rumbo a la explanada en donde tres niños practican el tiro al blanco con piedras y cubetas. Un hombre apoyado en su escoba de varas los observa y aconseja al tirador en turno la forma de acertar. El Tío, un anciano de rostro alegre, le reprocha su intervención:
Hilario, acuérdese: los mirones son de palo. “Como quien dice: que me haga el muerto, ¿no?”