Narcomenudeo, secuestro, robo y labores de sicarios, entre las actividades que realizan
Se concentran en las calles Jesús Carranza, Tenochtitlán y Fray Bartolomé de las Casas, asegura
Vecinos reclaman la creación de espacios recreativos y culturales para los jóvenes
Sábado 30 de octubre de 2010, p. 27
En Tepito operan más de 10 bandas dedicadas al narcomenudeo, robo a transeúnte, de vehículos, secuestro, extorsión, piratería, venta de armas, además de ser sicarios. Entre las que han sido identificadas destacan Los Pelones, Los Perros, El Chino, Los Negros, Los Gordos, el cártel de Tepito y La Unión, que se disputan el control del barrio.
La mayoría abarcan varias actividades, como La Unión, que según fuentes policiacas es la de más reciente aparición y además de la venta de estupefacientes al menudeo, también extorsiona a comerciantes exigiéndoles cuotas a cambio de seguridad.
Mientras que Los Perros se contratan como sicarios –uno de sus miembros fue señalado como el autor material del asesinato del comandante Hugo Moneda Rangel, de la entonces Policía Judicial–, pero también se les relaciona con el robo de autos y narcomenudeo.
Según estudios de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP-DF) y de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), las calles de Jesús Carranza, Tenochtitlán, Libertad, Caridad, Peralvillo, Fray Bartolomé de las Casas, Mineros, Labradores, Lecumberri y Alfarería son donde se concentran la mayoría de estas bandas y utilizan las viejas vecindades para almacenar desde mercancía robada hasta drogas y armas.
Estas organizaciones, señalaron fuentes policiacas, están compuestas principalmente por jóvenes que no rebasan los 25 años y que siempre andan en motonetas. Son utilizados como sicarios, para transportar droga y distribuir armas. Para estos muchachos, agregaron, dedicarse a estas actividades les significa obtener dinero fácil y reconocimiento en el barrio.
En el caso del multihomicidio de seis jóvenes, ocurrido pasada la medianoche del miércoles en la calle Granada, la principal línea de investigación de la PGJDF es el ajuste de cuentas entre bandas rivales.
Además de la presunta responsabilidad de Los Perros por un supuesto cargamento de cocaína, la dependencia también indaga la posible participación de La Unión, cuyos miembros habrían ultimado a los seis jóvenes en venganza por el asesinato de uno de sus integrantes el pasado miércoles en la Lagunilla.
En ese sentido, el procurador capitalino, Miguel Ángel Mancera Espinosa, dijo que aún no se ha podido fijar la responsabilidad de una banda en específico, pues además de las dos citadas, en las primeras investigaciones también se han nombrado a otros grupos, como Los Negros y Los Gordos.
En tanto, la PGJDF confirmó los nombres y edades de las víctimas, cuatro de ellos tienen antecedentes penales. Son Eduardo Daniel Ocampo Arévalo, de 21 años, quien estuvo preso tres años por robo calificado, además de haber estado en el tutelar de menores.
En el caso de Evert Isaac Hernández Martínez, de 32 años y Saúl Don Hernández, de 23, ambos fueron menores infractores detenidos por robo. Mientras que Alán Alejandro Rosas Pérez, de 22 años, según la PGJDF, tenía dos días de haber escapado de un anexo, aunque no precisa cual y el motivo.
Las otras víctimas son Daniel Alberto Pérez Morales y Óscar Jonathan Aguinaga Torres, ambos de 28 años y sin antecedentes. En todos los casos, la procuraduría señaló que según las declaraciones de los familiares, los hoy occisos se dedicaban al comercio informal y ninguno recibió amenazas de muerte.
Irving Martínez Olvera, sobreviviente de la agresión, también fue menor en conflicto con la ley, detenido por portación de arma de fuego, por lo que fue entregado a las autoridades federales. El joven de 22 años está fuera de peligro y se espera, dijo Mancera Espinosa, que hoy rinda declaración.
Por la noche, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, se reunió con su gabinete de Seguridad Pública, para revisar los avances en la investigación en torno a estos hechos, entre otros temas.
Mientras tanto, en Tepito toda parece transcurrir con tranquilidad y la actividad comercial continúa sin alteraciones. Sin embargo, entre los vecinos hay preocupación. El barrio se va a calentar y va a haber más venganzas
, aseguran. Los residentes se niegan a hablar de las bandas, porque aquí todos nos conocemos y si denuncias mañana amaneces frío
.
Incluso, aseguraron, los familiares de los seis jóvenes asesinados saben quienes fueron los responsables, pero no van decir nada porque tienen más familia
.
Los tepiteños reconocen que la mayoría de los que se dedican a actividades ilícitas son jóvenes. “Aquí todos los chavitos son hijos de reclusos o gente que se dedica a la piratería, el comercio o el narcomenudeo, como quieres que hagan otra cosa?”, señala una vecina de un multifamiliar de la calle de Granada.
De allí que demandaron la creación de espacios recreativos y culturales que permitan rencauzarlos, pues las acciones del Gobierno del DF para inhibir la actividad delincuencial en el barrio han quedado inconclusas. Tal es el caso de la construcción de un centro comunitario en lo que fuera la vecindad conocida como Tenoch 40, expropiada en 2007.
Desde el año pasado, las obras están detenidas y se quedaron a la mitad la construcción de aulas y espacios para servicios médicos y lo que sería la alberca.