A pesar de que el tenis de mesa es una de las primeras disciplinas que se constituyeron dentro del deporte federado, en 1938, de dos años a la fecha apenas inició un desarrollo como organización y ha arrojado algunos resultados internacionales relevantes.

Aunque ya cuenta con representantes destacados y aspira a medallas en los Juegos Panamericanos, el titular de la federación mexicana de la especialdad, Sergio Blanco, sostiene que el mayor logro sería la masificación de la disciplina, que con 210 países afiliados es la segunda organización más grande después de la FIFA.

El tenis de mesa se encuentra en un momento maravilloso. Simplemente es cuestión de conjuntar los intereses de los asociados de todo el país, expresó Blanco durante las actividades del 67 campeonato nacional que se juega en el gimnasio Juan de la Barrera.

La justa reúne a casi 300 jugadores, algunos en pos de seleccionarse para diversas competencias en 2011. Es el primer filtro hacia citas como el Mundial de Rotterdam, en febrero, y los Panamericanos de Guadalajara 2011, en octubre, aunque también participan niños y categorías de promoción; mayores de 30, 40 y 50 años, y aficionados sin importar edad.

Como jugador, Blanco fue parte de esfuerzos individuales que llevaron al equipo mexicano que conformó con Guillermo Muñoz y Francisco Méndez, al mejor el resultado de México en un Mundial en la edición de Suecia 93.

Sin embargo, lo considera muy relativo por el momento y las categorías que se jugaban, pues en la actualidad, la disciplina, dominada ampliamente por China, se juega desde la elite hasta la cuarta división en el mundo.

Como dirigente de la federación, a la que llegó hace dos años, el primer paso fue la afiliación de jugadores –actualmente rondan los mil 500–, pero sobre todo dar forma a la estructura de práctica y de competencia, incluida la certificación de entrenadores y árbitros.

Se ha cosechado lo que se ha sembrado. Ahora tenemos imagen internacional como uno de los países más fuertes en Latinoamérica, dijo.