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Inauguraron exposición del artista en el Museo del Palacio de Bellas Artes

Herrán recobra vigencia para contrarrestar la barbarie

Muchos elementos de identidad colman su obra pictórica, afirma su nieto Saturnino

Exhiben 107 trabajos, entre óleos, dibujos, ilustraciones y proyectos de murales

 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de octubre de 2010, p. 3

La obra pictórica de Saturnino Herrán (1887-1918) recobra vigencia hoy día porque, como ocurrió de 1908 a 1918 –cuando creó sus pinturas–, el artista buscaba contrarrestar la guerra de la barbarie, dijo su nieto del mismo nombre, quien se encargó de la curaduría de Saturnino Herrán: instante subjetivo, exposición inaugurada la noche del miércoles en el Museo del Palacio de Bellas Artes, por Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

A partir de la obra de su abuelo, aseveró Saturnino Herrán Gudiño, se puede ver y revalorar a la persona para detener la guerra. Si veo a mi vecino con otros ojos puedo también detener la guerra de alguna manera.

El pintor aguascalentense, muerto de manera prematura, durante la Revolución Mexicana, en lugar de tomar las armas, se quedó en su taller de la calle de Mesones y produjo obra.

Se trata de una pintura llena de elementos de identidad, en la medida que el artista llegó a expresar que nosotros tenemos todo para no pedirle a ninguna cultura, a ninguna civilización, y eso es lo que necesitamos en este momento.

Herrán inventó una forma de pintar y una serie de técnicas mixtas, dado también el momento de penuria, de dificultad económica, de guerra, de escasez desde alimentos hasta materiales, lienzos, pinceles, pigmentos, etcétera, acotó el también director de la Fundación Cultural Saturnino Herrán.

Seis núcleos temáticos

Saturnino Herrán: instante subjetivo reúne 107 obras –51 fueron restauradas para su exhibición–, entre óleos, dibujos, ilustraciones, proyectos de murales y fotografías. Se compone de seis nú-cleos temáticos: en Forjadores de la tierra, se ensalza la dignidad del trabajador; El universo en el balneario interminable aborda el erotismo a partir de cuerpos desnudos; mientras, Ella se quema de nosotros tiene que ver con los desposeídos.

Saturnino ilustrador está conformado por una selección de piezas realizadas por el artista para revistas de la época y portadas de los libros publicados por su círculo intelectual más cercano; en Una patria no histórica ni política, sino íntima, Herrán incluyó a los integrantes de ese círculo intelectual y, finalmente, en La trinchera elegida se aprecia al indígena idealizado y presentado como origen del ser mexicano.

Foto
Bugambilias, ca. 1911, óleo de Saturnino Herrán incluido en su exposición que se puede visitar en Bellas Artes

Víctor Manuel González Esparza, titular del Instituto Cultural de Aguascalientes, dijo que “Herrán representa el tránsito del simbolismo al encuentro con el nacionalismo artístico. Ubicarlo dentro del simbolismo ayuda a comprender sus obras en un contexto universal, pero que, desde luego, tiene especificidades, en especial por su interés de construir un arte nacional.

“Así como José Guadalupe Posada, otro aguascalentense, nutre a las vanguardias desde el primitivismo y popularismo. Herrán retoma el simbolismo y lo transforma al introducir temas no sólo del trabajo y el sufrimiento cotidianos, sino también personajes como sus criollas, que simbolizarían lo mexicano.

La obra de Herrán representa en este sentido, dado que decidió finalmente quedarse en el país, las características de un modernismo que comenzó a gestarse desde la academia misma y desde el México de tierra adentro, a partir de la incorporación de viejos temas vistos con nuevos ojos, como el paisaje, de personajes o realmente existentes: trabajadores, mujeres criollas o mestizas, pordioseros, de la mujer fatal del simbolismo transformada en la criolla del jarabe. En fin, de la angustia decadente a la visión de una patria nutrida por la riqueza de su cultura y tradiciones, una patria íntima, como la definió Ramón López Velarde.

Precursor del muralismo

Consuelo Sáizar manifestó que la obra de Herrán detonó una nueva conciencia estética, por lo que es considerado con toda justicia un verdadero precursor del muralismo mexicano y una fuente de inspiración constante para la Escuela Mexicana de Pintura.

La funcionaria dio la bienvenida a Itzel Vargas, nueva directora del Museo del Palacio de Bellas Artes.

La titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teresa Vicencio, recordó que con motivo de la primera retrospectiva montada, cuando ya había fallecido el artista, Federico Mariscal lo llamó el más mexicano de los pintores y el más pintor de los mexicanos.

En 1987 se montó la exposición titulada Saturnino Herrán: pintor mexicano, para recordar su centenario.