marcó la historia regional
Seguidores del ex mandatario y analistas lo comparaban ayer con Perón y Roosevelt
Se fue alguien indispensable, señala la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo
Jueves 28 de octubre de 2010, p. 2
Buenos Aires, 27 de octubre. El ex presidente argentino Néstor Kirchner murió hoy a la edad de 60 años, después de sufrir por la mañana un infarto masivo en su casa de Calafate, en el extremo sur del país, donde estaba acompañado por su esposa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El hecho provocó una profunda conmoción social y política, en un día feriado por la realización del censo nacional.
Kirchner, quien gobernó de mayo de 2003 a diciembre de 2007, sufrió un paro cardiorrespiratorio a las 9:15 horas, poco después de que fue internado en el hospital de Calafate por una descompensación, informó la Unidad Médica Presidencial.
Seguidores, observadores e incluso opositores reconocieron al abogado, ex diputado y presidente del Partido Justicialista (PJ, peronista) como un hombre que marcó la historia argentina y regional en los últimos años, que sacó adelante al país tras la debacle de 2001.
Kirchner, quien se autodenominaba Pingüino, nació el 25 de febrero de 1950 en la ciudad de Río Gallegos. En febrero y septiembre pasados fue sometido a sendas cirugías por problemas cardiacos, pero se reincorporó rápidamente a su trabajo en la política local y luego como secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). También medió en los conflictos entre Venezuela y Colombia.
Se fue alguien indispensable. Nuestro país necesitaba tanto a este hombre
, dijo la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, al conocer el inesperado deceso del ex presidente, cuya sucesora fue su esposa, la ex senadora Cristina Fernández de Kirchner.
Después de Perón y Eva, están los Kirchner
, afirmó el secretario general de la Central General de Trabajadores, Hugo Moyano, al resumir el nivel de la pérdida para el peronismo y el país.
La mandataria, también abogada, no sólo pierde al hombre con quien estaba casada desde 1975, cuando ambos militaban en la Juventud Universitaria Peronista, y al padre de sus dos hijos, Máximo y Florencia, sino también a su consejero y compañero político más próximo.
Durante su militancia universitaria en la ciudad de La Plata sufrieron persecución política, por lo cual se mudaron a la patagónica provincia de Santa Cruz. Mantenían amistad con los viejos militantes de la resistencia peronista a la dictadura que se instaló en 1955, cuando fue derrocado Perón. También fueron reconocidos por chilenos a los que ayudaron cuando huían de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En 1982, Néstor Kirchner retornó más formalmente a la militancia y creó el Ateneo Teniente General Juan Domingo Perón, y en 1987 fue elegido intendente de Río Gallegos. En diciembre de 1991 conquistó la gobernación de Santa Cruz, siendo relecto en 1995 y en 1999. Era gobernador de esa provincia cuando llegó a la presidencia, en mayo de 2003, en momentos en que el país atravesaba una de las más graves crisis de su historia, tras el estallido de 2001 y en medio del cese de pago de la deuda.
En sus cuatro años de gobierno logró cambios sustanciales y que nadie esperaba en un país que parecía desintegrarse: reformó el Poder Judicial, impulsó a magistrados independientes en la Corte Suprema, democratizó las fuerzas armadas, impulsó reformas educativas y acordó restructurar la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
¡Nos sacamos de encima al FMI!
, exclamó eufórico cuando a mediados de la década pasada consiguió cancelar toda la deuda con el organismo internacional, por unos 9 mil 500 millones de dólares, y en un solo pago.
Además de pactar una negociación del débito por el que pocos apostaban, y recuperar credibilidad internacional, entregó a la siguiente administración un país capaz de sortear la recesión mundial de 2008. Analistas internacionales lo comparaban este día con Perón e incluso con el estadunidense Franklin Roosevelt, por su capacidad para enfrentar un período crítico de tal envergadura.
Ordenó descolgar del colegio militar retratos de ex dictadores
Tocó el poder a fondo: uno de sus actos más recordados fue la orden de descolgar del colegio militar –en marzo de 2004– los retratos de los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone.
Mostró su independencia en política exterior y la voluntad de cambio, cuando entre los invitados a su toma de posesión estuvo el cubano Fidel Castro. En oportunidad, salió a caminar con el pueblo, entre el Congreso y la Casa Rosada, desdeñando la custodia.
Sentó las bases de un modelo político, económico y social, en lo que destacó la política de defensa de los derechos humanos, la reducción de la pobreza y la reactivación económica.
Otros de sus logros fueron reducir la desocupación, los índices de pobreza e indigencia y apoyar la reconstitución del mercado interno, devastado por la ola neoliberal impulsada por la gestión de Carlos Menem.
Encontré un infierno. Salir del infierno será muy difícil, pero debemos hacerlo
, solía decir.
Además, llevó al Congreso el proyecto de derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, así como los indultos que dieron impunidad a los responsables de la más cruenta dictadura que vivió el país, y que entre 1976 y 1983 dejó más de 30 mil desaparecidos.
Recuperó la Escuela de Mecánica de la Armada, organismo de la marina donde funcionó uno de los más temibles centros clandestinos de detención y exterminio de la dictadura, para convertirlo en un Espacio para la Memoria, en manos de los organismos de derechos humanos.
Rompió la relación carnal
que estableció Menem con Estados Unidos y fortaleció los lazos con los países latinoamericanos, al rechazar el Área para el Libre Comercio de las Américas impulsada por Washington.
Sus seguidores apuestan a la fortaleza de las instituciones y a la capacidad de Cristina Fernández de Kirchner, que ya enfrentó movimientos que buscaban desestabilizarla, cuando se acercan las presidenciales de 2011.