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Sexuales y sicológicas, principales agresiones contra mexicanas de 12 a 18 años, dicen en panel

Víctimas de abusos intrafamiliares, 70% de mujeres que migraron a EU la década pasada

Su situación de indocumentadas las hace presa fácil de adicciones en territorio estadunidense

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Indocumentados centroamericanos esperan en Macuspana, Tabasco, la llegada de un tren que los lleve al norte del país, y de ahí intentar cruzar hacia Estados Unidos. Imagen de archivoFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de octubre de 2010, p. 17

Setenta por ciento de las indocumentadas de entre 12 y 18 años que emigraron hacia Estados Unidos en la década pasada sufrieron algún tipo de violencia en su núcleo familiar, principalmente sexual, sicológica o de género, además de que en su mayoría proceden de hogares pobres y disfuncionales, aseguró ayer Georgina Aquino Reyes Pérez, subdirectora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, quien citó cifras del Centro Nacional de Salud Pública.

Durante su participación en el panel Adolescentes, salud y migración, efectuado como parte de la tercera Semana Nacional de Migración que organiza la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la sicóloga expuso que el fenómeno es más peligroso para las jóvenes, quienes sufren mayor número de abusos de quienes les dan empleo bajo su condición de indocumentadas.

Permiten maltrato

México es uno de los principales países de tránsito de migrantes en el mundo, y nuestras condiciones sociales y culturales hacen que los peligros sean mayores para las mujeres, quienes permiten maltratos con tal de no ser deportadas a sus lugares de origen, refirió Reyes Pérez, quien recordó que cada año 700 mil mexicanos emigran, principalmente a Estados Unidos, de los cuales 40 por ciento son del sexo femenino.

Además de las circunstancias de origen que envuelven a las adolescentes que se van a Estados Unidos (pobreza y violencia intrafamiliar), un factor que las hace vulnerables es el hecho de que son presa fácil de la dependencia a algún tipo de droga o al alcohol, añadió María José Martínez Ruiz, subdirectora de entidades federativas del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic), quien fue otra de las ponentes.

Su condición de migrantes se asocia con una elevada posibilidad de ser consumidoras de cocaína y mariguana, a diferencia de los adolescentes y jóvenes, quienes optan más por el consumo (en territorio estadunidense) de metanfetaminas y LSD, añadió la experta del Conadic.

Destacó que en la actualidad el reto para el gobierno mexicano es fortalecer la capacidad, los programas y métodos preventivos aplicados entre los adolescentes, principalmente en aquellos que no estudian ni trabajan.

Otro experto en materia de adicciones entre jóvenes que participó en el foro es el médico Jesús Felipe González Roldán, director ejecutivo de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, quien resaltó que el fenómeno de la migración es multifactorial, por lo que la respuesta gubernamental a ese problema debe ser integral.

Añadió que México no requiere una nueva legislación en materia de migración para frenar fenómenos como el tráfico de indocumentados, los secuestros de éstos por miembros del crimen organizado o la trata de personas, pues bastaría con que se aplicara el marco jurídico actual y se frenara la impunidad.

La salud y la educación son un binomio indisoluble. El desempleo impide que los jóvenes tengan oportunidades para superarse; la pobreza mantiene postrados a 40 millones de mexicanos y la inseguridad no permite que las familias se sientan libres. Mientras no se resuelva todo esto en su conjunto, va a continuar el fenómeno de la migración, expuso el González.