La policía comunitaria
an Luis Acatlán, Gro. La policía comunitaria de Guerrero llegó jubilosa a su 15 aniversario. No es para menos, pues aunque los retos y la problemática que enfrentan son muchos, se saben fuertes y apoyados por 69 comunidades de 10 municipios de la Costa Chica y La Montaña. El pasado día 15 esos pueblos salieron a las calles a aplaudir a su policía en su sede central, en San Luis Acatlán, cuna y sepultura del legendario guerrillero Génaro Vázquez.
Un desfile de 600 comunitarios, acompañados por más de 2 mil personas de localidades vecinas y miembros de organizaciones y luchas sociales, como los de Atenco, los triques del municipio autónomo de San Juan Copala, adherentes a la otra campaña, representantes purépechas de Cherán, Michoacán; ex trabajadores del SME y decenas de estudiantes y académicos que acompañan el proceso, catalogado como una de las más sobresalientes experiencias autonómicas en el país.
La práctica de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias es ejemplo de que los aparatos de seguridad y justicia del Estado están permeados por la corrupción, siendo incapaces de brindar seguridad e impartir justicia; y que su utilización ha sido facciosa con el fin de diezmar, desarticular y reprimir a las organizaciones sociales que levantan la voz para denunciar abusos y atropellos del gobierno y el sistema capitalista
.
El aniversario se aprovechó para reflexionar sobre problemáticas que enfrenta no sólo la policía comunitaria, sino gran parte del movimiento social que tiene como referente la autonomía: salud, educación, defensa del territorio, medios de comunicación, la participación de la mujer y soberanía alimentaria, entre otros. El eje central, sin embargo, fue la justicia y la seguridad comunitaria.
La celebración fue un acto que convocó a diversas organizaciones sociales. En ese contexto, a algunos sorprendió e indignó la presencia de Adolfo Orive, ex asesor de Francisco Labastida, secretario de Gobernación en los tiempos de Ernesto Zedillo en uno de los peores momentos de la represión contra las comunidades zapatistas. De Orive, el subcomandante Marcos dijo en 1998: “Y hablando de ex maoístas y ex radicales de ex izquierda, hoy flamantes asesores de los criminales de derecha (que iniciaron hablando como cacatúas y ahora, para esconderse, imitan al avestruz), el viejo Antonio tenía su propia versión de aquello del revolucionario y las masas y el símil con el pez en el agua, además de la estrategia de contrainsurgencia de ‘quitarle el agua al pez’ que hoy recomiendan los azorados asesores gubernamentales…”