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El próximo remplazo del titular del organismo estatal que dirige el sector, uno de los temas

Polémica sobre el futuro del cine domina cierre de muestra en Cuba

No basta con que sea un buen revolucionario; el nuevo presidente del Icaic tiene que ser un gran intelectual, destaca crítico

Falta una estrategia de producción, señala guionista

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En el Malecón de La Habana, bajo las nubes de la tormenta tropical en que se convirtió el huracán Paula, que afectó hace unos días a CubaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 19 de octubre de 2010, p. 8

La Habana, 18 de octubre. ¿Qué pasará con el cine cubano en una época de recorte presupuestal y con un posible relevo en la cúpula del organismo estatal que dirige el sector?

Una intensa polémica sobre el futuro dominó la discusión final de la tercera Muestra Temática del Cine Pobre Humberto Solás, que concluyó aquí el pasado fin de semana y reunió entre el público a realizadores, guionistas, críticos y actores.

La muestra es una extensión del Festival Internacional del Cine Pobre, conocido como el Sundance cubano, que fue levantado a pulso por Solás (1941-2008), para estudiar, confrontar y promover las obras ejecutadas con bajo presupuesto, donde quiera que se realicen.

El autor de Lucía (1968) encabezó seis ediciones anuales del encuentro, con sede en Gibara, puerto pesquero nororiental donde filmó esa cinta emblemática del cine cubano.

El actual director de los dos actos, Sergio Benvenuto Solás, evocó durante el encuentro el horizonte de nuevos apremios económicos para el sector, pero señaló que Gibara seguirá siendo la sede del Festival del Cine Pobre, aun cuando lo hagamos con tiendas de campaña.

Durante la crisis que siguió al derrumbe soviético en los años 90 del siglo pasado, el cine cubano llegó a un momento de parálisis. Ahora todavía se desconoce el impacto que tendrá, con la política nacional de despidos masivos y recorte de presupuestos que está en marcha.

En la muestra, el debate se extendió también hacia la versión que circula en el medio, aún sin confirmación oficial, de que sería inminente el remplazo de Omar González, presidente del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (Icaic).

Ante el auditorio, el crítico Rufo Caballero dejó abierta la pregunta de quién tendría que ser el nuevo director del organismo, que han encabezado cineastas como Alfredo Guevara y Julio García Espinosa.

No basta con que sea un buen revolucionario el nuevo presidente del Icaic tiene que ser un gran intelectual, dijo Caballero. El remplazo “en estos momentos implica una enorme responsabilidad histórica, porque si en esta situación de incertidumbre nombramos a alguien en quien tengamos sencillamente certeza o seguridad política, pero no confianza cultural ( …), entonces el deterioro es inminente”.

Arturo Arango, guionista, narrador y académico, deploró lo que considera la falta de estrategia de producción del Icaic y advirtió un contraste entre lo que es ahora ese centro desanimado y el gran centro polémico, contradictorio, con rasgaduras internas que fue en el pasado.

Como profesor de guión de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Arango relató que “del Icaic nunca nadie ha ido a interesarse por lo que están escribiendo los jóvenes cubanos que egresan (…) qué tipo de historia escriben, qué pensamiento estético tienen”.

Benvenuto, sobrino del realizador de El siglo de las luces (1991), fue más adelante al considerar que lo peor de ese organismo ahora es que su personal ha abandonado la esperanza de que exista la institución. En el Icaic se siente que caminas por un cementerio.

Hizo notar que, por primera vez en la historia de las dos actividades del festival de Cine Pobre, a esta muestra no asistió ningún funcionario de alto rango del Icaic. Subrayó que es necesario defender a la institución, porque ésa es también la defensa del cine alternativo, pero reclamó a la dirigencia del instituto que dialogue y escuche a la comunidad fílmica.

Tampoco hay que exagerar, terció el crítico Joel del Río, quien estuvo de acuerdo con algunas impugnaciones, pero pidió matizar el debate. Recordó que los dos encuentros de Cine Pobre y la muestra anual de nuevos realizadores existen por la voluntad del Icaic, una voluntad mediatizada, llena de elementos y fuerzas que pugnan en distintas direcciones.

El festival se realiza desde 2003. En la muestra hubo exhibiciones y debates sobre medio ambiente y género y se presentó un adelanto de Marina, de Enrique Álvarez, primer largometraje de ficción que se realiza bajo los auspicios de este movimiento.